Por fin llega la innovación a demanda de los profesionales de la agricultura. La Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, a través de la Dirección General de Agricultura y Ganadería, ha publicado el listado de los 23 proyectos aprobados de innovación agroalimentaria. Son proyectos de transferencia de tecnología, desarrollados para sus usuarios, tipo bottom-up, de abajo a arriba. «Se forma una cadena de valor desde el agricultor o ganadero hasta los centros de investigación y desarrollo. Y ahí reside el éxito de la convocatoria, que es a demanda del sector agroindustrial», explica el director del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura, que impulsa alguno de los proyectos más significativos.

Con estos proyectos, la Junta de Extremadura pretende “mejorar el intercambio y transferencia de conocimiento desde el ámbito de la investigación a la aplicación práctica en este sector” y se apoya a los pequeños agentes económicos para que se organicen en procesos de trabajo comunes y compartan instalaciones y recursos.

En concreto, la inversión del Ejecutivo autonómico es de seis millones de euros a través de la creación de grupos operativos y que significan el camino que debe marcar el presente y el futuro de la agricultura y la ganadería extremeña, según informa la Junta de Extremadura en nota de prensa.

Así, entre esos proyectos que han recibido esta ayuda se encuentran siete que afectan a la ganadería en aspectos como nuevas técnicas de reproducción en vacuno, conservación de canales en frío en ovino o técnicas innovadoras para el control de la tuberculosis. También se pondrán en marcha otros proyectos destinados a impulsar el sector agroalimentario, entre ellos dos en el sector ecológico y el resto abarcan temas de innovación en cultivos e industrias como el arroz, el tomate, los frutales, la cereza, el olivar, la viña y el tabaco, entre otros. Algunos de los asuntos más específicos que aparecen en estos proyectos son el fomento de la agricultura de precisión, la mejora de la calidad del cava extremeño, el aumento de la vida útil de la ciruela para mercados exteriores, la mejora de la competitividad de la cereza del norte de Cáceres, la innovación agroecológica, la gobernanza de las dehesas o la implantación del arándano. Cada uno de los grupos es una cadena de valor y una de las características de los mismos es la divulgación de su existencia, con proyectos compartidos en la totalidad de un sector.

«Los resultados no pueden quedarse en las estanterías», concluye José Luis Llerena.