Apunto de acabar la campaña de recogida de maíz en la región, el balance es poco positivo. A la ya sabida pérdida de superficie cultivada de este año se le ha sumado también una sensible disminución de los rendimientos, fundamentalmente a causa de la climatología desfavorable, y unos precios que no cubren las expectativas de los agricultores.

De las cerca de 62.900 hectáreas cultivadas en el 2014 con maíz en Extremadura se ha pasado, dos años después, a unas 49.300, con un descenso que ronda el 12%. Con todo, el del maíz sigue siendo el principal cultivo de regadío en la región por extensión sembrada. De acuerdo a los datos de Cooperativas Agroalimentarias, la producción del año pasado en Extremadura fue de 562.239 toneladas, únicamente por debajo de Castilla y León, con 1,24 millones de toneladas, y de Aragón, con 601.450 toneladas. Además, se trata de un cultivo que juega un importante papel como regulador de otros cultivos de regadío como el tomate.

Detrás de la merma en los rendimientos del maíz de esta campaña están fundamentalmente razones climatológicas. Las lluvias de la primavera, «en unos casos retrasaron la siembra y en otros hicieron que la nascencia no fuera buena», señala Juan Moreno, presidente de COAG Extremadura. A ello se unieron las tormentas de granizo que en julio castigaron más de 3.000 hectáreas y el intenso calor de julio, agosto y parte de septiembre.

«El año pasado estuvo bien de producción y mal de precios. Este año está mal de las dos cosas», resume Moreno. De acuerdo a sus cálculos, la bajada de producción puede ser de en torno «a los 1.500 o 2.000 kilos por hectárea» (en términos relativos, alrededor del 15%). Una disminución que, unida a la registrada en los precios, hace que este cultivo esté en una situación «muy delicada».

Juan Metidieri, presidente de Apag Extremadura Asaja, apunta también que, casi concluida la cosecha —quedaría por recoger menos de un 10% del total— se puede hablar de una pérdida de rendimiento de «unos 1.500 kilos por hectárea». En su opinión, «si continúan los bajos precios que están actualmente», puede comenzar a «peligrar la subsistencia» de este cultivo. «Estamos hablando de que un kilo de maíz se está moviendo en torno a los 16 céntimos y con estos rendimientos por hectárea no cubrimos costes», asevera.

TRES AÑOS A LA BAJA / Metidieri remarca que la superficie de maíz «lleva reduciéndose tres años consecutivos» en la región, un trienio en el que los precios han pasado de superar los 18,5 céntimos por kilo a estar «actualmente» entre los 15,5 y los 17 céntimos, un abaratamiento que, indica, «creemos que obedece más la especulación que a una realidad de mercado». «A 18 céntimos es un precio aceptable, para no perder, pero todo lo que sea vender por debajo de ahí, es estar produciendo a pérdidas. Y con los rendimientos en menos de 11.000 kilos mal futuro le espera al maíz», lamenta.

UPA-UCE también apuntó recientemente que este cultivo se encuentra «en grave peligro» en la región por la «especulación» que está hundiendo los precios. A finales de octubre pasado, esta organización agraria calculó que las pérdidas en el maíz extremeño esta campaña del 2016 alcanzarán casi los 32 millones de euros. De ellos, más de 15 corresponden a la bajada de un 10% en los precios respecto al pasado ejercicio —que los calificó ya de «ruinosos»—, y otros 16,6 millones a la bajada de la producción de unas dos toneladas por hectárea.