A Manuel Lozano, los agricultores que son clientes de la asesoría familiar en la que trabaja a menudo le decían que no encontraban jornaleros, «que se les caía la fruta de los árboles» por falta de mano de obra. Un problema que igualmente sufría en ocasiones su amigo Daniel Cabeza, también agricultor. «Lo he llegado a ver un domingo por la noche con el móvil llamando a unos y a otros porque no encontraba gente para trabajar al día siguiente», incide.

Esta fue la mecha que hizo prender en estos dos jóvenes de Villanueva de la Serena, y en el dombenitense Juan Luis Bravo, la idea de poner en marcha una iniciativa que permitiera casar la oferta y demanda de empleo en el sector agrario a través de un portal en internet.

Comenzaron a dar forma a la iniciativa en abril del 2017 y, un año después, el proyecto era ya una realidad. A día de hoy, cuentan con unos seiscientos trabajadores y un centenar de empresas (agricultores) inscritos en su web.

A la hora de registrarse, los trabajadores deben facilitar los datos básicos para la contratación (nombre completo, documento de identidad o domicilio, entre otros). Esto, además, permite dejar solventado desde el inicio otro de los problemas que Lozano había detectado en su labor como asesor: que los agricultores acudían a veces para dar de alta a los trabajadores sin tener los datos necesarios.

Los solicitantes de empleo deben definir otros dos aspectos. Por un lado, cuáles son sus habilidades, escogiendo para ello entre varias categorías: recolección, entresaque, poda, peón agrícola general para todo el año o trabajo en centrales hortofrutícolas.

Por otro, el radio de kilómetros en el que están dispuestos a trabajar. Esta última información se puede ir cambiando, de forma que un temporero que vaya enlazando diferentes campañas (fresa en Huelva, fruta en las Vegas Altas, la vendimia en Tierra de Barros...) pueda ir variando su localización y disponibilidad laboral. Concluido el proceso de registro, queda ya incluido en una bolsa de empleo.

En cuanto al empresario, una vez que se registra (también con los datos básicos) puede acceder a un buscador que le permite seleccionar el perfil de empleado que busca y, entre aquellos que lo cumplen, cuáles podrían estar disponibles. Si pone, por ejemplo, Don Benito, le aparecerán todos aquellos inscritos en los que esta población quede incluida dentro de su radio de desplazamiento.

Una vez que han sido seleccionados, los trabajadores reciben en su móvil un sms comunicándoles la oferta laboral, que podrán rechazar o aceptar al instante a través de la propia web. Y es cuando se produce esta aceptación cuando al contratante se le facilita el número de teléfono de contacto del interesado para que puedan concretar ambos los detalles de la faena a realizar. Desde que el portal echó a andar, se han formalizado más de un centenar y medio de ofertas.

«En cualquier portal de empleo es normalmente el agricultor el que dice ‘necesito 20 trabajadores’, y son ellos los que se inscriben en esa oferta. Aquí sucede al contrario. Son los trabajadores los que están inscritos en una bolsa de empleo y el agricultor el que selecciona aquellos que necesita. Nosotros lo que hacemos es ponerles en contacto», concluye Lozano.