Hasta un 73% puede llegar a encarecerse la factura eléctrica de los regantes si se aplica la nueva metodología para calcular los peajes de transporte y distribución, según la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore). Desde este colectivo se ha remitido una serie de alegaciones a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) con el fin de advertir de que estos incrementos de las tarifas podrían amenazar la supervivencia de los agricultores de este tipo de cultivos.

A través de una comunicado de prensa, Fenacore advierte de esta subida encubierta de la factura eléctrica viene a agravar la situación que atraviesa el sector primario, «asfixiado económicamente por las diferencias que existen entre los costes que soportan —actualizados a 2020— y los precios a los que venden sus productos —anclados en los años 80—». En este sentido, la federación de regantes plantea prorrogar más allá del estado de alarma la posibilidad de firmar dos contratos eléctricos al año, lo que le permitiría reducir los costes fijos (regulados), que suponen más del 60% de la factura eléctrica para los agricultores, «tal y como establece la Ley de la sequía de 2018, que contempla en sus disposiciones adicionales la posibilidad de modificar la potencia a lo largo de 12 meses». Esto haría posible poder subir la potencia durante la época de máximo consumo y reducirla al mínimo para el resto del año, en el que ya se trata solo de mantener.

Según Fenacore, las nuevas tarifas no tienen en cuenta las horas de mayor demanda de energía a nivel nacional para hacerlas coincidir con los periodos tarifarios más caros, desincentivando así el uso de energía en dichas horas, lo que hace pensar que el objetivo de esta medida es más recaudatorio que de eficiencia en el consumo.

Las nueva normativa, se precisa, elimina las tarifas de tres periodos, pasando todas a seis periodos, al tiempo que se reducen de manera importante las horas P5 y P6 —las más baratas— en favor de las horas P1 a P4 —las más caras-. Esta situación obliga a contratar en los periodos más costosos, sobre todo en verano. «De hecho, en agosto, cuando más se riega, no hay posibilidad de disfrutar de la tarifa más barata todo el día como hasta ahora», se arguye.

OBSTÁCULO A LA MODERNIZACIÓN // Desde Fenacore se considera que estos cambios normativos frenarán la modernización de las 902.000 hectáreas aún pendientes, con sus consecuentes efectos para el menor ahorro de agua y la mayor contaminación. «Unas secuelas que, a fin de cuentas, alejarán el cumplimiento de algunos de los compromisos que el Gobierno ha adquirido en materia agrícola y medioambiental, ya que la propia estructura horaria fijada para el verano dificulta enormemente la compatibilización con la energía fotovoltaica para autoconsumo, la más idónea para el regadío», se remarca.

De acuerdo a los cálculos de los regantes, desde 2008 el recibo eléctrico ha subido más del 100%, principalmente debido a los costes fijos, «puesto que el término de potencia se ha incrementado más de un 1.000%».