«Es sinceridad, crudeza, realismo. Es que es así». Paloma Vazsan (Almendralejo, 1970) y Fiorella BC (Lima, 1985) reconocen que aún están en «todo el berenjenal», tanto de las posibles exposiciones que se aproximan como de la enfermedad que afronta Fiorella: un cáncer. Así, con todas las letras. Porque ambas se han propuesto romper los tabúes que aún rodean a este mal para ayudar a todas aquellas personas que estén pasando por un proceso similar. Y la fotografía es la herramienta a utilizar.

Todo comenzó en diciembre del año pasado, cuando Fiorella notó una pequeña deformación en su pecho izquierdo. Acudió a su médico de cabecera, pero la doctora sustituta no vio nada de lo que preocuparse. «Pero llegó un punto en que ya no era normal, mi teta estaba deformada, parecía la de un boxeador», rememora Fiorella. Así que acudió de nuevo al médico y en abril de 2019 le diagnosticaron la enfermedad. Una enfermedad cuyo nombre el propio médico se negaba a pronunciar. «El médico no quería decir la palabra ‘cáncer’ en ningún momento. Decía que tenía un bulto maligno en el pecho que había que extirpar. Nos dio lo que se llama diagnóstico CDI», cuenta Paloma. CDI es el acrónimo usado para denominar al carcinoma ductal infiltrante, la forma más común de cáncer de mama.

Así las cosas y ante la falta de información clara y concreta, la pareja llegó a casa y se puso a investigar más. «Yo al principio leía mucho, te pones a leer, leer y leer y se te viene el mundo encima», rememora Fiorella. «Te hundes. No sabes qué hacer. Ahí llegó un punto en el que nos dijimos, vamos a transformarlo, vamos a expresarlo de alguna forma y convertirlo en algo positivo», añade Paloma.

La almendralejense es también psicóloga especializada en fotografía terapéutica, mientras que su pareja, además de fotógrafa, también escribe. Ambas se dieron cuenta de que a través de las imágenes y las palabras podrían crear un instrumento que les ayudara en todo el proceso.

«No es sólo que te diagnostiquen una enfermedad tan fuerte. Sino que toda tu vida, tu rutina, tu día a día, se para. Es muy difícil de asimilar. Yo veía que todo el mundo me mandaba mensajes de ánimo, tipo ‘eres una campeona’, ‘vas a salir de ésta’ y yo no entendía nada», narra Fiorella. «Con lo que ella escribía y las fotos que hemos venido haciendo se ha ido creando un pequeño diario que de alguna manera nos ayuda. Con una cosa tan fuerte que tienes que aprender a manejar, esto te sirve para dar un paso atrás y lo puedes ver de otra manera», detalla Paloma.

Muchas de estas imágenes, especialmente al inicio del proceso, muestran a Fiorella en el suelo y los pies de Paloma. «Es porque al principio es un bajón, ella tenía el ánimo por los suelos y mis pies aparecen porque no está sola», explica Paloma. «En las fotografías se muestra tanto la visión de la persona enferma como de la persona que la cuida. Yo estoy de baja y me puedo cuidar al 100%, pero ella no. Nos parece importante mostrar también la figura del acompañante que muchas veces está olvidada», tercia Fiorella.

Lo cierto es que el principal objetivo de la muestra, que es romper tabúes y mostrar la realidad de una enfermedad como el cáncer sin reparos, con toda su crudeza, se cumple: «El cáncer no es rosita para nada. En estas fotos hay cosas que no se ven, que no trascienden, porque es un trabajo íntimo, pero es la realidad, una realidad mostrada desde las entrañas», dice Paloma.

Fiorella, que además ha dedicado buena parte de su carrera profesional al ‘artivismo’, también aboga por una visión más crítica sobre el modo en el que se presenta la enfermedad y la utilización que algunas empresas hacen del cáncer de mama: «Se presentan en octubre con todo rosita y te preguntas ‘¿qué están haciendo con tu enfermedad? ¿Sabe la gente lo que se está haciendo con su dinero?’ Porque en muchos casos lo que estas compañías acaban donando es una risa y la gente tiene que saber que se están lucrando con una enfermedad», critica. «Para mí está claro que es muy importante garantizar y destinar recursos a la calidad de vida y a promover más la investigación en mujeres, porque a día de hoy todavía la medicina está muy centrada en el cuerpo del hombre», añade.

El proyecto

La muestra ‘Fiore & I’, compuesta por una selección de 13 fotografías desde abril a octubre de este 2019, con sus textos correspondientes, es parte de un proyecto más amplio llamado ‘#diagnósticocdi’, en el que ambas reflexionan sobre la experiencia que están viviendo. «Reflejan momentos, pruebas, etapas, síntomas, cambios físicos y anímicos, situaciones, miedos, dudas, sueños, esperanzas y amor...», describen.

«Estamos todavía inmersas en el proceso», relata Paloma.

De hecho, la muestra ha salido ya a la luz de manera casi involuntaria para sus creadoras. Fueron empujadas por Miriam Al Adib Mendiri, ginecóloga almendralejense que les animó a exponer las fotografías durante la presentación de su libro ‘Hablemos de vaginas’ en la localidad el pasado 19 de octubre.

«Lo que hizo Miriam fue un regalo para nosotras, porque además nos pilló en unos días de bajón y nos sirvió para remontar», asevera Paloma. «Luego justo nos dimos cuenta de que la presentación coincidió con el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, pero no fue para nada planeado», asegura Fiorella. «La verdad es que ahora nos damos cuenta de que nos dio el empujón que nos faltaba», agrega Paloma.

Convencidas por la doctora Miriam, la pareja se puso manos a la obra en una tarea que no era para nada sencilla: seleccionar entre las más de 300 fotografías que ya tienen en común y de donde nació ‘Fiore & I’, una exposición que ahora ya tiene varios escenarios posibles.

«Su oncólogo está interesado en que las mostremos en el Hospital en Mérida, aunque aún no las ha visto y no sabemos si cuando lo haga seguirá tan convencido...», narra Paloma. «También junto a Miriam, en las presentaciones que haga de su libro en locales donde sea posible, María Nieves Martín quiere mostrarlas en su galería de Villafranca de los Barros, nos han llamado también de Zafra... Estamos en ello todavía», explica Paloma.

Además, con la colaboración del colectivo Fotoeduterapia, del que Paloma forma parte, la intención es editar un libro que recoja más imágenes: «A nosotras lo que nos gustaría es tener algo físico para que en el futuro cualquier persona que esté pasando por esto pueda tanto identificarse como inspirarse para hacer lo mismo», explica Vazsan.

Los apoyos

Paloma es psicóloga, con lo que afrontar la enfermedad y buscar un modo de asimilarla pudo ser relativamente «fácil», pero ¿qué apoyo psicológico se facilita en general a los enfermos y sus familias? «Realmente ninguno», afirma tajante.

«Es verdad que está la Asociación Española contra el Cáncer, pero desde el SES no hay recursos suficientes», afirma.

«Si ya en salud mental no se hace un seguimiento continuo como el que necesita un paciente, imagínate brindar apoyo psicológico a pacientes de otras áreas», relata desde su experiencia personal y profesional.

«Estás ante una situación totalmente nueva en tu vida y es difícil de afrontar. En una de las fotografías estoy rodeada de citaciones. Yo no soy nada organizada y de repente tienes un montón de cartas, de pruebas, todo te abruma», cuenta Fiorella.

La visión del cáncer

En España cada año se diagnostican casi 28.000 casos de cáncer de mama y mueren por este mal más de 6.000 mujeres, según datos del Sistema Extremeño de Salud.

El mes rosa, las campañas de prevención y la continua información podrían indicar que la enfermedad está aceptada y naturalizada, pero la realidad enseña otra cara diferente.

«Hace poco estuve en Madrid y me di cuenta que nadie se sentaba a mi lado en el bus. Y el bus se iba llenando y llenando y nadie se acercaba. Parecía que tenía la peste. Estaba feliz porque en Madrid nadie te mira, pero es verdad que tampoco nadie se me acercaba. Creemos que el cáncer es algo que ya está naturalizado pero no es así», argumenta Fiorella.

«Es cierto que te choca, te impacta ver a una persona así. También crees que puede estar débil, es incluso como ver la muerte», añade Paloma.

«En la exposición una amiga se salió porque no quería ver más. Algunas imágenes son fuertes pero es que muestran lo que es», dice.

«La enfermedad no son lacitos y globos rosas. Es esto», concluye Fiorella. Por eso, a través de ‘Fiore & I’ y el próximo proyecto ‘#diagnósticocdi’ la pareja apuesta por reflejar sin tapujos lo que supone un cáncer en la vida de una persona, de su compañera y de su entorno. Sin máscaras ni lazos de colores. Con toda su realidad. Con toda su crudeza.