La construcción de un centro budista en Cáceres dio ayer un paso de gigante con la presentación de una videorecreación de cómo será finalmente este proyecto que une a dos ciudades Patrimonio de la Humanidad como Cáceres y Lumbini, y que tendrá una gran estatua de Buda como reclamo. Las imágenes muestran grandes jardines -que serán de flora autóctona extremeña y totalmente sostenibles-, grandes avenidas, templos y, al final de una escalinata, la gran estatua de Buda.

La presentación levantó una enorme expectación. La sala de prensa estaba a rebosar de público e incluso con espectadores de pie y el presidente Fernández Vara entre otras autoridades.

Luis Salaya, alcalde de Cáceres, afirmó que el proyecto empieza hoy (por ayer) y que su principal objetivo es que cuando se hablé de Cáceres se sepa situarla junto con Extremadura en el mapa como un espacio de paz. «Vamos a ‘presentar batalla’ para defender esta forma de entender el mundo en paz y colaboración», dijo.

Por su parte, José Manuel Vilanova, presidente de la Fundación Lumbini, explicó la historia de Sidartha Buda, difusor del budismo, una religión no teísta con 500 millones de practicantes de «la vida, la compasión y la no violencia. El cambio de conciencia comienza por uno mismo. Cáceres es una ciudad de paz y concordia, situada estratégicamente que va a ser conocida a partir de ahora como ciudad de las cuatro culturas: Cristiana, judía, musulmana y asiática», comentó.

Añadió que el proyecto se va a consagrar como fundamental en la relación de Asia con España a todos los niveles. Aseguró que los principales monasterios de ciudades vinculadas con Buda ya han mostrado su aprobación.

La embajadora de Nepal en España Dawa Futi afirmó que «hay nepalíes que están viviendo en España, contribuyendo en diferentes sectores. Este proyecto les ayuda a mantenerse conectados con su cultura».

La convocatoria finalizó con unas palabras en vídeo del alcalde de Lumbini, Manmohan Chaunda, que aseguró que en futuras convocatorias estará en España apoyando el proyecto.