El estricto programa que los equipos suelen llevar a cabo los viernes de Gran Premio saltó por los aires con la lluvia sobre Albert Park. Ni para la calificación de hoy (7.00 hora española, La Sexta) ni para la carrera del domingo (8.00 horas) han recogido datos suficientes sobre el rendimiento de los neumáticos.

"Iremos un poco a ciegas", reconoció Fernando Alonso. Basta con que el agua aparezca para que aflore la tensión, incluso en unos entrenamientos libres. El cruce de acusaciones deja atisbar la cargada atmósfera que se respira entre pilotos y equipos al medir sus fuerzas en el arranque de la temporada más competida de los últimos años.

El rumor del fuego cruzado comenzó a escucharse de lejos. Si los jefes de McLaren y su piloto Lewis Hamilton dicen que se aburren, que hay que cambiar las normas, llega Alonso y los manda al "Circo del Sol" para buscar espectáculo. Si el asturiano se declara seguidor del Real Madrid, Hamilton corrobora --lo repitió ayer-- que es "fan del Barça porque es quien mejor juega". Si Ron Dennis dice que el problema de Red Bull en Bahréin es que han hecho un depósito de gasolina "demasiado pequeño", Sebastian Vettel se burla del papel secundario que juega el inglés en la F-1: "Ron quería llamar la atención con su teoría porque, ahora, nadie le hace caso".

GUERRA DE DECLARACIONES Si el jovial Vettel ataca a Dennis es porque se masca la tensión. En Red Bull también le dieron a Mercedes. "Schumacher debería ser sancionado con 10 puestos en la parrilla por marcar su mejor tiempo en la primera sesión con bandera roja", espetó ayer Cristian Horner. Ya está liada.

Porque fue Red Bull (y Ferrari más en la sombra) quien pidió a la FIA que se pronunciara sobre el ingenio aerodinámico de McLaren, en el que el piloto regula con la rodilla el flujo de aire hacia el alerón trasero (Sauber estrenó ayer la copia y Ferrari lo estrenará en China).

Puede que el nuevo pique Hamilton-Alonso provoque hoy otra ligera sonrisa en el rostro del asturiano cuando se entere, al llegar al circuito, que su amigo fue retenido durante un rato por la policía, que confiscó su sofisticado Mercedes E500, y le multó "por uso indebido de vehículo y conducción temeraria". "Lo que hice fue una estupidez y pido disculpas", dijo el de McLaren. ¿Qué hizo? Trompos y derrapajes controlados para agradar a unas chicas. Como lo leen.