Reunión de la gran familia Ferrari en Mugello, durante el fin de semana de las finales de sus competiciones monomarca. Y es ese día, precisamente, en el que el gran jefe, Luca Cordero de Montezemolo, se hace acompañar por el expiloto de Ferrari y exaccionista de Toro Rosso, Gerard Berger, el que dicen es el recambio pensado por el jefe para Stefano Domenicali si se equivoca en el coche del 2012.

Aldo Costa, Chris Dyer o Luca Baldiserri fueron los tres últimos cadáveres del lento coche del 2011, del error de estrategia del 2010, o del error de diseño del 2009. Ya no hay capacidad de derivar otro chasco. “El coche del 2012 será competitivo desde la primeras carreras”, asegura Domenicali, mientras prepara la visita de este fin de semana a Abu Dabi, penúltima cita de la temporada. “Será duro para Fernando Alonso, pero el equipo está trabajando para que consiga el subcampeonato”.

Mientras Domenicali dirige a los suyos sobre todo con el objetivo de disponer de un coche competitivo en el 2012, Montezemolo trabaja en devolver a Ferrari la solvencia para mandar en la F-1. Apoya esa estrategia en tres pilares: Reducir la importancia de la aerodinámica, recuperar más días de test en pista, e introducir un tercer coche en la parrilla junto a otros grandes equipos.

No es ningún secreto que el acuerdo de la FOTA para reducir los presupuestos de los equipos ha dañado el potencial de Ferrari, un equipo acostumbrado a gastar mucho, con un modelo de trabajo y evolución del coche apoyado en las pruebas en pista. Ahora, un equipo como Red Bull es capaz de realizar grandes diseños de aerodinámica en las computadoras, apenas necesita trabajo en pista, y eso le hace imbatible en esas condiciones.

Ferrari necesita recuperar las antiguas reglas del juego y Montezemolo amenaza con dejar la F-1 si no se vuelve atrás. "Hay cosas que cambiar en la F-1, la paciencia es grande, pero nuestro compromiso tiene requisitos previos. Podemos encontrar satisfacciones en otras disciplinas del automovilismo". Su propuesta es clara: “Si todavía quieren a Ferrari en la F-1 debe haber un cambio y volver a ser la punta de lanza de la evolución, siempre con una atención muy necesaria a los costos. Pero no estamos en la F-1 como patrocinador sino como constructor”.

Y esa evolución no puede detenerse solo en la aerodinámica, como sucede actualmente, según el presidente de Ferrari. "Este es un terreno que lo abarca todo, desde la investigación hasta el desarrollo de los coches de calle, así como los motores, la electrónica y el desarrollo de la aerodinámica y la mecánica. Ahora todo depende de la aerodinámica. Nuestros resultados dependen un 90% de ella. La otra parte negatíva es que nuestro deporte es el único donde no se permiten los test”.

Montezemolo cree que en el control del gasto, pero hasta cierto punto. “Por supuesto no debemos caer en situaciones como en años anteriores, pero debemos proporcionar coches competitivos para nuestros pilotos y para los pilotos que se estan formando en nuestra academia. También existe la posibilidad del tercer coche. No se trata de apoyar solo nuestros intereses sino nuestro deporte en general. Creemos que un tercer coche de Ferrari u otras escudería fuertes, es creer en los intereses de los aficionados, lo cual es aplicable a los medios y a los patrocinadores quienes apoyan coches competitivos y no monoplazas que sean dos o tres segundos más lentos y terminan las carreras a falta de dos vueltas”.