Antes de nada. Hace tiempo que los neumáticos de F-1 dejaron de ser duro y blando, “prime” y “option” en el particular lenguaje de esta disciplina. Era fácil, como el turrón. Pero se comenzó a complicar. Duro, medio, blando, superblando, ultrablando… hiperblando fueron los compuestos del año pasado: un galimatías de prefijos y colores, imposible de seguir. Este año cambian de denominación, van del C1 —el más duro— al C-5, el más blando, el más rápido a una vuelta.

Mientras Pirelli intenta encajar que es la misma denominación de los coches de Citroen, Daniil Kyviat descargó su Toro Rosso de gasolina, montó las veloces gomas C-5 y se marcó el mejor crono del día, para mayor algarabía entre los japoneses de Honda, cuyo motor parece otro. Aunque el clímax nipón llegó por la tarde, cuando Christian Horner, el jefe de Red Bull y experto en utilizar escenarios —está casado con una 'spice girl'— proclamó a los cuatro vientos que el motor Honda “es un cohete”.

ELOGIOS AL MOTOR HONDA

Toro Rosso utilizó el motor Honda el año pasado y Red Bull lo estrena en estos test de pretemporada en el Circuit. Pierre Gasly, que ha subido de Toro Rosso a Red Bull este año, fue el encargado de tomar el relevo de Max Verstappen. "Pierre nos ha dicho que el nuevo motor es mucho mejor que el del año pasado. La potencia está disponible en un rango de revoluciones mayor. Y Max, él simplemente lo elogia. Siente mucha más potencia que con el Renault", comenta Horner. "Además, el motor es increíblemente suave e, incluso, cuando reduces marchas no tiene caídas como el Renault. Así que la parte trasera es mucho más estable cuando reduces en curvas”

Tan entusiasmado se ve a toda la familia Red Bull que Horner se ve por delante de los campeones de los cinco últimos años. "Vemos a Mercedes detrás de nosotros en este momento. Y Red Bull seguirá creciendo. El departamento de aerodinámica aún tiene algo preparado y Honda ha anunciado una evolución adicional para el inicio de la temporada en Melbourne. Un pequeño paso", expresó Horner para concluir. Y no parece una bravuconada. El seguimiento por GPS de los monoplazas permite a los equipos espiarse con bastante precisión: paso por curva, frenadas, aceleraciones… le resulta fácil determinar la carga de combustible de cada uno y “limpiar” los tiempos del sesgo de pesos y diferente clase de neumáticos.

LA DECEPCIÓN DE WILLIAMS

No hay mucho que esconder, y esos seguimientos sitúan a Ferrari un paso por delante de Mercedes y Red Bull. "No creo que se le pueda poner una cifra, pero Ferrari parece muy fuerte. Han hecho muchos kilómetros, así que parece que tienen un coche mejor que el del año pasado. Esta temporada será un reto aún mayor para nosotros”, explica el campeón Lewis Hamilton. "No sé quién será el más rápido, así que no se puede decir que sea sólo el Ferrari. No sé dónde estará Red Bull, pero espero que haya más equipos involucrados. Quién sabe. Ahora competimos contra nuestro pasado como equipo”, añade el pentacampeón.

Hamilton cogió el coche durante la tarde y realizó una simulación de carrera, el mismo programa de Carlos Sainz. El español sufrió un problema en la caja de cambios que le detuvo más de horas por la mañana, pero durante la tarde rodó sin problemas en una jornada en la que por fin se vio el estreno de Williams. “Estamos decepcionados y avergonzados de ser el único equipo que no ha llegado a tiempo”, dijo Claire Williams, la hija de Sir Frank, que ahora es la gran jefa de un equipo que se ha atrevido a dar un volante a Robert Kubica. El polaco se estrenará mañana en el que es su regreso como piloto oficial tras su accidente en 2011.