Entre las 101 sociedades que componen el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) --firmas que facturan en conjunto el equivalente al 15% del PIB y dan empleo a 800.000 trabajadores-- reina cierto optimismo respecto al futuro económico. El 50% considera que sus ventas aumentarán este año hasta dos dígitos, otro 25% estima que facturará lo mismo que en el 2007. Solo un 25% calcula que sus ingresos serán menores.

La mayoría de empresas que prevén malos resultados provienen del sector inmobiliario, según la encuesta que hizo pública esta semana el presidente del IEF, Juan Roig, a su vez presidente de Mercadona. En su opinión, la economía crecerá este año más que el pasado y la desaceleración se concentrará en las empresas del sector inmobiliario. Incluso avanzó que el consumo tendrá una evolución similar al 2007.

El director general de IEF, Fernando Casado, descartó que España esté en crisis pero sugirió que el Gobierno podría crear un fondo de garantía para suministrar liquidez a las entidades financieras si sube el número de morosos. En cambio, sostiene que el Ejecutivo no debe intervenir en el ajuste que están padeciendo las empresas constructoras.

El instituto solicitará al PSOE y al PP que firmen un gran pacto de Estado sobre la base de diez premisas. Entre ellas destaca la necesidad de crear un órgano interadministrativo que coordine y simplifique las distintas normas autonómicas y "evite la fragmentación del mercado". La institución --en la que el presidente de Barceló, Simón Pedro Barceló, tomará el relevo en noviembre-- también pide vincular los incrementos salariales a la productividad de las empresas, atajar el absentismo laboral con mayor control de las mutuas y poner en marcha un régimen fiscal europeo que incentive la inversión en países en desarrollo.