Andrés de la Villa es desde julio pasado el nuevo presidente de la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar. Empresario desde los 20 años, es el gerente de BigMat Tevisa, una firma familiar con casi seis décadas de historia.

--¿Cuáles son los objetivos que se plantea al frente de la asociación?

--El objetivo principal que se ha planteado la junta directiva de la asociación es convertirla en un referente institucional tanto con las administraciones públicas como con los sectores empresarial e industrial, con el fin de defender los intereses de las empresas familiares, que suponen la mayor parte de las empresas que hay en la región.

--¿Qué puede aportar la asociación a estas empresas?

--Esta asociación defiende los intereses de las empresas en general y de las familiares en particular. Estas empresas tienen una problemática específica, que es la de la organización de la familia y la de las relaciones de ésta con la empresa. Y éste es un campo en el que no todas ellas han conseguido desarrollar unas habilidades que les permitan garantizar su continuidad, que es el objetivo fundamental de cualquier empresa. La mayor parte no llegan ni siquiera a la segunda generación y a la tercera muy poquitas. Y es aquí donde hay una asignatura pendiente que hay que resolver y para eso está la asociación.

--Llega al cargo en un momento económico complicado, ¿cómo cree que va a afectar la crisis a la empresa familiar extremeña?

--Indudablemente, la empresa familiar, sobre todo en Extremadura, no tiene una entidad importante, por lo que todos estos vaivenes le pueden afectar en gran medida. En cualquier caso, estas empresas cuentan con el apoyo de la asociación para adquirir los conocimientos y la experiencia suficientes que le permitan salvar ciertos escollos y dificultades. Además, tienen otra arma que es, que al tener uno o varios miembros de la familia dentro de la empresa, en tiempos de dificultades como éstos se unen como una piña, lo que hace que estos problemas se afronten de mejor manera.

--Además, trabaja en un sector muy vinculado al de la construcción, que es el que está sufriendo más de lleno los efectos de las crisis.

--Circunstancialmente, el sector en el que se desenvuelve mi empresa familiar es uno de los que está más castigado por la crisis económica. La verdad es que las perspectivas no son muy halagüeñas: la situación crediticia afecta muy directamente a este sector, que necesita de mucha financiación externa y las cosas quizás se pongan muy complicadas. Hay una morosidad importante que también se teme que aumente. Son dificultades económicas que vienen a sumarse a otras dificultades propias de las empresas familiares.

--¿Está teniendo la empresa familiar extremeña muchos problemas para encontrar financiación?

--Sí, pero no más que las empresas que no lo son. Esto es un problema bastante importante, porque sin financiación no se pueden acometer proyectos, sobre todo en el caso de la construcción, y tampoco se pueden afrontar ampliaciones de industrias o comercios. Esto, sumado a la disminución de las ventas y al aumento de la morosidad, genera una situación complicada.

--¿Cree que el trato fiscal que recibe la empresa familiar es el adecuado?

--La verdad es que hay una sensibilización importante por parte de la Administración a nivel general en toda España. En casi todo el país se están tomando medidas para que la fiscalidad que afecta a la empresa familiar se modifique. En Extremadura no tenemos aún eliminado definitivamente el impuesto de sucesiones y donaciones, aunque parece que ya está prevista. Se trata de un impuesto verdaderamente perjudicial para las empresas familiares, ya que en muchos casos impide su viabilidad. Todas las administraciones deben poner de su parte para facilitar esa transmisión de la empresa.

--¿No le sigue costando mucho a las pymes extremeñas invertir en I+D+i?

--Más que en I+D, es en innovación donde las empresas pequeñas, sean familiares o no, pueden hacer más, ya que es en ese campo donde le permiten trabajar sus capacidades económicas. Sin embargo, lo cierto es que se cuenta con muy pocos medios y facilidades para que las empresas puedan planificarse una innovación de forma organizada y consigan un resultado práctico en la empresa. La innovación siempre ha existido y se sigue haciendo, pero de una forma espontánea y artesanal, con lo cual los resultados no son todo lo satisfactorios que deberían. Las administraciones deben, y creo que lo están haciendo, sensibilizar a las empresas para que tengan dentro de sus planteamientos la búsqueda de elementos, armas y herramientas que les hagan más modernas y competitivas.

--¿Cuáles son las principales armas de las empresas familiares?

--La principal arma que tiene una empresa familiar es que al frente de ella está un empresario que diariamente se juega su dinero y el de toda su familia. Que la empresa implica, además de su trabajo, el de sus seres más próximos, y que, además, gran parte del esfuerzo de toda su vida y su carrera profesional están implicados en este proyecto. Eso hace a la empresa mucho más sensible a todos los agentes externos, tanto positivos como negativos, pero también la hacen más fuerte y potente porque siempre hay una parte afectiva vinculada a ella.