El grupo Eroski presentó recientemente sus cuentas, las primeras desde que comprase, en junio del 2007, el 75% de Caprabo por 1.125 millones de euros.

--¿En qué momento se encuentra la integración de Caprabo dentro de Eroski?

--En la primera fase de un proceso que durará fácilmente dos o tres años. No es solo cambiarle el rótulo a una tienda, sino mover buena parte del surtido, los sistemas de información y hasta las políticas de personal. En otoño habremos adaptado todas las tiendas.

--¿Está satisfecho de la compra?

--Mucho. Porque se han cumplido la valoración y las previsiones. El mejor precio ofrecido no era el nuestro. Pero nosotros apostamos por no fraccionar y los trabajadores tenían una salida de más calidad laboral y societaria. Fue el precio justo.

--Calificó la operación de "hito histórico..."

--Ha sido una operación que nos permitirá asentar sobre ella actuaciones, conquistas de futuro que nunca habríamos hecho si esta no hubiera existido. Es lo que califica de determinante la operación. En los próximos dos años no seremos capaces de fabricar oportunidades. Pero a lo mejor dentro de cinco, sí.

--¿Miran hacia Europa?

--La respuesta, hoy, es que nuestro mercado es el español.

--¿Tienen dificultades para abrir nuevos establecimientos?

--No es fácil. Creo que deberían hacerse menos dificultosas las gestaciones de proyectos de inversión que crean riqueza.

--¿Qué está pasando con los precios de los alimentos?

--El encarecimiento de algunas materias primas ha hecho que algunos productos suban de precio. Si esta interpretación fuera acertada, puede haberse acabado la época de la alimentación barata. Ahora suben, pero tal vez no bajen.

--Y ahí entran los productos de la marca Eroski.

--Nuestra marca propia significa más del 30% de las ventas en alimentación, 10 puntos más que hace cuatro años.