Extremeña de Arroces prevé alcanzar esta campaña --la 2007- 2008-- una producción de alrededor de 42.000 toneladas de arroz, lo que supondría un aumento de algo más del 15% respecto a las 36.500 toneladas que se contabilizaron en la cosecha anterior. Aunque en términos cuantitativos la campaña de arroz en la región haya sido buena, el presidente de Extremeña de Arroces, Manuel Rodríguez, lamenta la situación que vive este mercado, "con una distribución que no quiere aceptar las subidas de precios". "Es lamentable que un café cueste lo que dos kilos de arroz. Nos estamos moviendo en niveles de hace 25 años", sostiene.

En este sentido, subraya cómo los productores han tenido que soportar aumentos en los costes de los productos fitosanitarios --que este año fueron mayores a causa del retraso en la siembra-- y en el combustible, sin que luego hayan podido repercutirlos en el precio del arroz. "Hace un año el litro de gasóleo B costaba 45 céntimos, y ahora está a 84", argumenta. En esta situación, continúa, las producciones nacionales tienen que luchar con "un nivel de importaciones cada vez más alto, con arancel cero o rebajado". Son arroces procedentes de países como Uruguay, Argentina, Egipto y Tailandia, que presionan a la baja los precios.

Rodríguez, que también es presidente de la sectorial del arroz de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE), teme, además, que los productores tengan que afrontar ahora otra dificultad más: la disminución de las ayudas para la producción integrada. Se trata de un sistema de cultivo a caballo entre la producción ecológica y la intensiva que obliga a seguir determinadas prácticas respetuosas con el medio ambiente. A él se han acogido unas 18.000 hectáreas --dos terceras partes del total que hay en la región--. Lo hicieron en dos planes de ayudas quinquenales, el primero de los cuales, que concentraba más de la mitad de la superficie afectada, finalizó ya el ejercicio pasado, mientas que el otro acabará este 2008.

El problema, según Rodríguez, se producirá si, como sospecha, la Junta de Extremadura no destina un montante suficiente para atender toda la demanda de hectáreas, al menos con el mismo importe fijado actualmente (247 euros por hectárea y año). "Sería una pena que, después de toda la labor pedagógica y divulgadora que se ha hecho, esto se perdiese ahora", subraya.

Por otro lado, el presidente de Extremeña de Arroces cree que una de las posibles vías de desarrollo de este sector sería la creación de una denominación de origen para el arroz extremeño, "como un elemento de apoyo a las pequeñas marcas que estamos en la región". En esta línea, indica que una DO también podría servir para poner en marcha políticas destinadas a fomentar el consumo de este producto --actualmente, el consumo medio por español está en menos de seis kilos de arroz al año, según el Ministerio de Agricultura--. Arguye que el arroz extremeño tiene elementos diferenciadores suficientes como para tener un marchamo de este tipo: "La producción integrada, la calidad de las aguas, del suelo y un clima que, de momento, está totalmente limpio".

Extremadura, con alrededor de 200.000 toneladas al año es, tras Andalucía, la segunda región con mayor producción de España. Este año, además, ha sido la única en la que la campaña ha sido buena. "En el resto de España la situación es angustiosa", asegura Rodríguez, que explica que zonas eminentemente arroceras como el Valle del Ebro o Andalucía han tenido malas cosechas.