Los extremeños depositan mayoritariamente su confianza en el Partido Popular y en José Antonio Monago para que dirijan la salida de Extremadura de la crisis. Sin embargo, será Izquierda Unida la que tenga la última palabra y decidirá quién ocupará la presidencia de la Junta durante los próximos cuatro años. Tras los comicios celebrados ayer, la formación que encabeza Pedro Escobar regresa a la Asamblea regional y, con a los tres escaños obtenidos, se convierte en la llave de la legislatura. De IU dependerá que la responsabilidad sea para el PP de José Antonio Monago, que ha logrado una victoria electoral sin precedentes aunque insuficiente para alcanzar la mayoría absoluta; o sea para el PSOE de Guillermo Fernández Vara, cuyas opciones de gobierno pasan únicamente por obtener el respaldo de IU, tras sufrir una debacle sin precedentes en la escena regional.

Al cierre de esta edición y con el 99,53% de los votos escrutados, el PP ha obtenido un total de 32 diputados en la Asamblea autonómica. Esto supone quedarse a un solo escaño de la mayoría absoluta. Por su parte, el PSOE cae hasta los 30 parlamentarios (frente a los 38 del 2007) y requerirá del apoyo de los tres representantes de IU si quiere mantenerse al frente de la Junta y evitar el que sería el primer Gobierno popular de Extremadura.

Las elecciones autonómicas celebradas ayer en la región dejan poco lugar a la interpretación. La del PP ha sido la lista más votada en la comunidad autónoma, con 305.765 sufragios (el 46,19% del total). Es el mejor resultado en la historia de la formación, por encima de los obtenidos en el 1999 (28 diputados) y el 2007 (27 escaños y 255.000 votos, el 38,74%). Pero es algo más que una victoria, porque también supone un vuelco electoral en un comunidad en la que hace cuatro años los socialistas barrieron.

Ahora, de la mano de José Antonio Monago, los populares aspiran a dirigir la Junta a través de un gobierno en minoría. Lo tendrán difícil, porque IU ha expresado durante toda la campaña electoral su rechazo a un gobierno de derechas en la región.

El éxito del PP ha llegado bajo un nuevo liderazgo, el de José Antonio Monago. Este pacense de 51 años tomó las riendas del partido en la región hace tres años con el reto de recortar la amplia diferencia que les separaba de los socialistas y, hoy por hoy, incluso podría convertirse en el tercer presidente de la historia de la autonomía. Además, los populares han recuperado alcaldías importantes, como las de Mérida, Cáceres, Plasencia o Almendralejo, han incrementado su poder en Badajoz y han conservado la plaza de Don Benito. Los grandes ayuntamientos extremeños, salvo Villanueva de la Serena, son ya azules.

EL VARAPALO SOCIALISTA Las encuestas electorales ya habían avanzado la victoria del PP, ante el descontento social por la gestión de la crisis. Ayer las urnas terminaron por consumar lo que los sondeos habían pronosticado. Los socialistas obtuvieron ayer 288.077 votos a nivel autonómico, lo que supone 64.000 menos que en el 2007 y les hace bajar 10 puntos en apoyo ciudadano en tan solo una legislatura (hace cuatro años obtuvo el 53% de los sufragios). Con los 30 diputados que tendrán en la Asamblea, los socialistas necesitarán del apoyo directo de IU si quieren mantenerse al frente de la Junta una legislatura más. El candidato del PSOE, Guillermo Fernández Vara, tendió anoche la mano a esta formación para constituir juntos un nuevo gobierno de izquierdas.

Por tanto, el futuro inmediato de la Junta está en manos de IU. La coalición, que quedó fuera de la cámara autónomica en el 2007, regresa con tres diputados. Ayer obtuvo 36.937 votos, 6.900 más que en la convocatoria anterior. Su coordinador regional y cabeza de lista por Badajoz, Pedro Escobar, advirtió de que no contemplan pactos de legislatura, aunque será una decisión que debatirán y adoptarán a nivel interno.

Del resto de formaciones que concurrían a los comicios a la Junta, ninguna obtuvo respaldo suficiente para lograr representación en la Asamblea. UPyD se quedó en 7.049 votos en su debut a nivel autonómico; mientras que Independientes por Extremadura (Ipex) bajó a 4.667 --casi la mitad que en 2007-- y Ecolo Verdes llegó a 3.851.

¿EL EFECTO ´15-M´? La última semana de campaña electoral ha estado absolutamente marcado por la iniciativa ciudadana de la plataforma Democracia Real Ya, que aboga por una regeneración social y política del país y pedía un voto de castigo para los dos grandes partidos, PP y PSOE. Sin embargo, pese a los llamamientos de este colectivo para que el ciudadano votase a candidaturas alternativas, en blanco, nulo o directamente abogando por la abstención, su repercusión sobre el electorado resulta poco clara. Así, socialistas y populares han sumado en conjunto casi 18.000 votos menos que hace cuatro años, aunque la participación ha sido mayor. Solo se han abstenido el 23,8% de los electores extremeños, frente al 25% del 2007. El voto en blanco --ya sea mediante el depósito de sobres vacíos o respaldando la opción de Ciudadanos en Blanco-- ha aumentado ligeramente, al igual que los nulos.

A tenor de los resultados, formaciones como IU, UPyD o Ecolo Verdes pueden haber sido los beneficiados por la indignación de este movimiento ciudadano.

REPARTO DE DIPUTACIONES En cuanto a las diputaciones provinciales, el PP se hace por primera vez con la de Cáceres. Los populares, con el 46,7% de los sufragios, logran 14 diputados, mientras que el PSOE pierde el bastón de mando en la institución y se queda con 11 representantes. Por contra, los socialistas sí se mantienen al frente de la Diputación de Badajoz, con 16 escaños, frente a los 11 del PP, que ha sido la fuerza más votada en la provincia.