Unos inversores tejanos bregados en el mercado energético han hecho suya la máxima de la industria cárnica que dice que, "del cerdo, se aprovecha todo". El fondo ArcLight Capital Partners, radicado en Texas, está detrás de NeoElectra, una compañía energética que, con apenas cuatro años de vida en España, factura ya 60 millones de euros.

Su negocio es de los que cierran el círculo. Nada se desperdicia. En sus cuatro plantas españolas genera electricidad mediante la combustión de gas natural. Pero el proceso no se detiene ahí. Así, la compañía purifica el dióxido de carbono (CO2) resultante de esa combustión y lo transforma en el gas que da burbujas a las bebidas carbónicas: ya detentan una cuota del 21% en el particular mercado del dióxido de carbono. Asimismo, la energía térmica a que da lugar el proceso de generación de electricidad se emplea para calentar piscifactorías de esturiones y truchas adjuntas a dos de sus plantas.

"Nuestro modelo de negocio, muy singular, viene con el aval de experiencias de este tipo en EEUU", dice Antonio Cortés, director de NeoElectra. El grupo empezó su andadura en Francia, donde ya mueven unos 100 millones de euros. El siguiente paso se dio en España y ahora el objetivo es implantarse en Italia y en Alemania. En el 2007 el grupo tuvo una cifra de negocios de unos 160 millones de euros con un beneficio bruto de unos 50 millones de euros.

En España NeoElectra tiene plantas de generación en Les (Lleida), El Grado (Huesca), Aliaga (Teruel) y Granadilla de Abona (Tenerife). Los planes de expansión son ambiciosos: se están desarrollando dos parques de energía eólica en Aragón y la compañía está desembolsando dinero en la adquisición de activos de cogeneración y de generación de electricidad con la combustión de biomasa. "Este 2008 prevemos que nuestro negocio en España mueva entre 100 y 150 millones de euros, con un beneficio bruto de unos 22 millones de euros".

A NeoElectra se le puede poner la etiqueta de sostenible dado que no emite emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. De hecho, reaprovecha ese gas a través de su filial Carboneco: "Hoy trabajamos para el 90% de las marcas de bebidas gaseosas", explica Javier Marza, director de la subsidiaria. En este mercado, Carboneco compite con las refinerías de petróleo y con las firmas de gases médicos, que también son suministradores de las empresas de bebidas con gas. "Ofrecemos el mayor nivel de pureza --el gas está libre de minerales y oxidaciones--, del 99,9%, lo que se aprecia en la calidad de las bebidas. Si hablamos de cerveza, el cuerpo es distinto", dice Marza.

El grueso de las ventas de Carboneco procede de las bebidas carbónicas, pero su gas se utiliza en los sectores más insospechados: es herramienta de matanza en los mataderos, se utiliza en equipos de soldadura, inertiza atmósferas en laboratorios farmacéuticos y, en estado sólido (hielo seco), permite congelar la pesca en alta mar y hacer limpieza criogénica (útil en factorías). Carboneco aporta un 13% de la facturación de NeoElectra en España.

Otra línea de negocio consiste en permitir que cierren el círculo aquellas industrias que emiten dióxido de carbono y al mismo tiempo lo necesitan como materia prima (por ejemplo, las cementeras y las cerveceras). La filial Carboneco genera 94.000 toneladas de dióxido de carbono al año.