La oveja negra, en peligro de extinción, se ha convertido para algunos ganaderos de España en una oportunidad, dada la crisis del sector, ya que es más barata mantenerla, la carne tiene una aceptación muy alta en el mercado y las subvenciones son superiores respecto a la blanca.

En España existen alrededor de un millar de ovejas de raza merina negra repartidas en 18 explotaciones, de las que once se encuentran en Extremadura (8 en Badajoz y 3 en Cáceres), según la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Merino, y las zonas donde aún se pueden contemplar por el campo son Extremadura, Castilla y León y Andalucía.

"Es una oveja que va a más, ya que hace diez años se daba por extinta y, a día de hoy, ya hay 18 rebaños de ovino en España", asegura Juan José Miguélez, uno de los veterinarios de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Merino. Además de en Extremadura, hay otras cuatro explotaciones de merina negra en Salamanca, y una en Jaén, Córdoba y León. Uno de los rebaños más representativos en España se encuentra en la finca de Los Talayos de Ciudad Rodrigo (Salamanca), donde los herederos de Manuel Santos Alcalde conservan un rebaño con 160 ovejas de raza merina negra. Según uno de los responsables, Manuel Santos, "esta raza ha pasado de ser un animal muy común hace muchos años a estar ahora en peligro de extinción".

Desde principios del siglo XX, la oveja merina negra se empezó a desechar, ya que "la lana no servía debido a que, al contrario que la blanca, no se podía teñir", ha matizado Manuel Santos.

Según el veterinario Juan José Miguélez, "la raza merina era hace 500 años negra y lo raro era ver una oveja blanca, hecho que ya no es así, debido a que se ha producido una mutación, ya que los ganaderos dejaban para la reproducción las ovejas blancas".

En 1990 apenas quedaban varias decenas de ovejas de raza merina negra y en la actualidad se ha producido un repunte, ya que "esta raza recibe el doble de subvención que el resto, por estar en peligro de extinción, y además muchos ganaderos la mantienen por la singularidad o por mera diversión", argumenta el veterinario.

Otra de las características a favor de esta raza es que aprovecha todos los recursos de la finca y, por tanto, el mantenimiento es más barato, circunstancia muy valorada entre los productores de ovino, dada la crisis que atraviesa el sector, motivada, sobre todo, por el encarecimiento de los piensos. La carne de esta raza también es muy apreciada por los consumidores, puesto que "es muy parecida a la del cabrito", según Manuel Santos. La raza merina negra se distingue también por ser un animal mucho más rústico que el blanco, pues "al haber muy pocos, su morfología no está tan seleccionada", detalla Miguélez. La Asociación Nacional de Criadores de Merino tiene testadas cada una de las ovejas negras que hay en España, con el fin de que los ganaderos tengan un certificado de raza autóctona y en peligro de extinción. Además, disponen de un libro genealógico en el que se registran cada alta y cada baja de todos los rebaños que existen en España.