Dad el salto". Ese es el mensaje que lanza Xavier Cervera (42 años) a los miembros más jóvenes del Colegio de Joyeros, cuya división de fabricantes preside. Y predica con el ejemplo. El ha dado el salto en un sector tradicional y atomizado donde los haya. Gracias a esa visión, su empresa, Nuevo Taller de Joyería, se ha ganado un espacio en las joyerías de más prestigio de España (atiende a unas sesenta).

"Hemos seguido una metodología más propia de otros sectores: la marca blanca. Damos exclusividad geográfica o total a las colecciones y personalizamos la pieza con la marca del cliente, una forma de proceder que ahora se impone porque esa inscripción es un sello de calidad", explica este gemólogo catalán.

Pero la innovación que ha protagonizado este emprendedor no se agota ahí: además, su empresa se encarga de las campañas de comunicación y publicidad de las colecciones. En el año 2007 la compañía facturó cerca de cuatro millones de euros y justo ahora empieza a dar los primeros pasos en el exterior. "El mercado ruso es una prioridad: la demanda es muy grande y no hay oferta suficiente de lujo", explica el fundador de Nuevo Taller de Joyería.

Hijo de un empresario de la importación de productos químicos, Cervera estudió Gemología. Su tío era joyero y él, cuenta, sentía cierta sensibilidad artística --"también me atraían la decoración y la arquitectura"--, de ahí su apuesta por la ciencia de las piedras. Su primera experiencia laboral fue en una "casa de piedras", donde elegía las gemas idóneas. Después trabajó para dos joyeros a quienes define como maestros, Raimon Ollé y Juli Guasch. "En sus talleres aprendí que una pieza que no estaba bien acabada no salía al mercado". Un día quiso tomar él todas las decisiones. Creía que se podían mejorar los sistemas de producción --mejores máquinas, más informatización-- y la relación comercial.

Empezó como autónomo en un pequeño taller y hoy da empleo a 28 personas. Quiere seguir creciendo, una tendencia que contrasta con el decaimiento del sector: "Crece la competitividad y llegan joyas de Asia, así que los talleres menos preparados y con menos capacidad de inversión están cerrando sus puertas".

La firma arrancó con una colección de 30 piezas. Ahora tiene un catálogo vivo de 700 piezas, lanza dos colecciones anuales que suman un centenar de piezas y ha afianzado dos líneas, una clásica --"nuestras alianzas de brillantes son una referencia"-- y otra chic, que Cervera dice que son del todo compatibles. "Si incluso somos eclécticos con la moda textil, cómo no con las joyas", dice señalando su cuidadísima indumentaria: zapatos negros adornados por una franja dorada y americana blazer "entalladita".