Si usted ha planificado una barbacoa para este fin de semana y ha hecho acopio de carbón vegetal en un centro comercial de El Corte Inglés, Carrefour, Dia o Hipercor, es probable que este combustible haya salido de las instalaciones de Casaex, una empresa extremeña con sede en la localidad pacense de Valle de Santa Ana. En total, Casaex produce y envasa anualmente unas 1.100 toneladas de carbón vegetal. Alrededor de un 60% de esta cantidad se envía a Francia y Portugal. Del 40% restante, la gran mayoría va a parar a grandes distribuidores que lo comercializan con marca propia, y solo una pequeña parte --en torno a un 5%-- se vende a nivel local.

El sistema de elaboración que desarrolla Casaex sigue siendo fundamentalmente artesanal. "El proceso es el de toda la vida, el que ya empleaba mi abuelo", explica Juan Bautista Fonseca, uno de los responsables de esta empresa. Tras ser introducido en hornos de ladrillo refractario, el carbón es cubierto con tierra y chapa, dejando solo los respiraderos necesarios. Y a partir de ahí, la cocción se regula "según la intensidad, el color y el olor del humo", enumera. El periodo de permanencia del carbón en estos hornos dependerá del tipo de madera del que se trate, pero el tiempo necesario para su cocción y posterior enfriamiento oscilará entre los cinco y los diez días. Fonseca aclara que, aunque el carbón que se obtiene en grandes hornos industriales es de mayor pureza que el artesanal, es precisamente este rasgo el que hace que después se consuma con mayor rapidez, frente al tradicional, que tarda más en agotarse.

Casaex fue puesta en marcha, hace cerca de dos décadas, por el padre de Juan, Julián Fonseca, y su tío José María. En el 2004 decidieron dar el salto al envasado, tras comprobar que era en esa parte del proceso donde estaba "la rentabilidad más alta", señala Juan. Los cambios, que culminaron hace año y medió, requirieron una inversión de alrededor de medio millón de euros.

Casaex, cuya plantilla está integrada por 17 trabajadores, saca al mercado dos clases de carbón, el de encina y el de eucalipto. Aunque el primero de ellos resulta más caro, es muy apreciado por los asadores, ya que proporciona una mayor durabilidad, mientras que el de eucalipto arde bastante más rápido. Luego, hay un tercer tipo que es mezcla de los dos anteriores, lo que permite combinar las propiedades de ambos. "Nos lo piden muchos clientes, sobre todo de Portugal, donde son muy conocedores y exigentes con el carbón".

En el caso de la encina, la materia prima se obtiene fundamentalmente de podas, ya sea a través de compras a la Administración o a titulares de fincas y otros particulares. En cuanto a la madera de eucalipto, ésta procede de las zonas en las que se está arrancando esta especie alóctona.

POCO RELEVO GENERACIONAL La falta de relevo generacional hace que Fonseca no se muestre muy optimista respecto al futuro de esta actividad. Además, "es un negocio de campaña, y eso también echa para atrás". Según sus cálculos, en la región hay actualmente seis empresas que produzcan y/o envasen carbón vegetal. "Eso legal, porque productoras ilegales hay muchas", aclara.

Alrededor de un 80% del carbón vegetal que se consume en España procede del extranjero, fundamentalmente de países de Suramérica y de Africa. "El precio al que lo ponen aquí no llega si quiera a nuestros costes", explica Fonseca. ¿Y cómo se compite con eso?. "Con calidad", pero también, añade, con una nave de 2.000 metros cuadrados que les permite conservar el carbón a granel, sin envasar, hasta el momento en el que el cliente necesita el pedido.