De tenistas de élite a industriales. En esa mutación no han despegado los pies de la pista. De hecho, ellos la fabrican: producen la resina sintética que prescribe la ATP, la organizadora del principal tour de competición. Y también la de la cancha del hotel o la del colegio. José Antonio Conde (38 años) y Javier Sánchez Vicario (40 años) compraron en el 2001 el 100% de Greenset, una firma francesa sin relevo generacional pero con cierto nombre en los circuitos tenísticos. "Hacía falta poner más energía: invertir y viajar más, buscar más mercados", resume este tándem de emprendedores, que antes de compartir una sociedad mercantil habían sido indivisibles en la pista como pareja de dobles.

La fuerza con la que cargaban unos golpes tantas veces televisados la pusieron al servicio de la gestión de la empresa. Modestos, conscientes de sus carencias directivas, han sabido explotar su desenvoltura en el mundillo. Los datos hablan de esa feliz metamorfosis. En el 2007 Greenset facturó seis millones de euros --con una plantilla de 35 personas-- y este año prevé mover 10 millones. "El año pasado trabajamos para 37 torneos de la ATP, y participamos en el 30% de sus torneos indoor", explican.

La empresa se la dividen al 50%. "Sí, lo sabemos, cualquier asesor desaconsejaría esa estructura accionarial", dice en alusión a la facilidad con que ese reparto puede estancar los negocios, faltos de un tercer socio para los desempates. "Pero es que nosotros, ante todo, somos amigos", suscriben. En la pista se forjan grandes amistades. José Antonio, por ejemplo, volvió a las pistas tras un accidente de coche porque quería, pero también porque Javier se lo pidió. Más tarde fue Conde quien animó a Sánchez Vicario a participar en la compra de Greenset, empresa de la que el primero era director comercial. Y es que José Antonio Conde había empezado a cultivar una carrera directiva tras el accidente que fastidió su rodilla: "Debía generar ingresos: o entrenaba o buscaba otra opción".

La oportunidad se la dio el fabricante austriaco de productos deportivos Head. "Me nombraron gerente de producto de su división de raquetas. Más que a alguien salido de una escuela de negocios --yo estudié hasta COU--, lo que buscaban era quien pudiese explicar con propiedad y sentimiento las sensaciones que produce una raqueta".

Ese es su valor diferencial. Cuando vendes lo que sientes, la transacción resulta más fácil. Estos empresarios aún se baten en la pista de vez en cuando. "Gana Javier --dice Conde-- aunque me tomo la revancha cuando jugamos a golf".