TLtas denominaciones de Decorador, Diseñador de Interiores, Arquitecto de Interiores están refiriéndose a un mismo profesional que se ocupa del Interiorismo. Decoradores es el término inicial de los primeros titulados de la profesión. Diseñadores de Interiores es el nuevo término que asumen a raíz del Plan de estudios del 84. Arquitectos de Interiores es la denominación de estos titulados desde la Federación Internacional (IFI) y el Consejo Europeo de Arquitectos de Interiores (ECIA).

El Arquitecto superior tiene también en sus atribuciones esta especialidad y al ejercerla asiduamente, se los define como tales.

En términos de competencias técnicas, el territorio queda concretado en las atribuciones que le confiere el Real Decreto 902/1977, del 1 de abril de 1977 con tres delimitaciones que lo definen claramente: que no afecte a elementos estructurales alguno; que no cambie la configuración de la obra principal, y que no modifique las instalaciones generales del edificio donde se actúe.

Pero no es cierto que eso suponga limitaciones en el ejercicio de su profesión, sino concreción de sus responsabilidades, tanto en cuanto su actividad se realice sobre un espacio interior, cuestión que no siempre es así como seguiremos exponiendo.

El interiorista se mueve en espacios tan variados como los que proponen las necesidades de las actividades sociales. Todas las actividades humanas están rodeadas de ritos, protocolo, representatividad, teatralidad, liturgia, simbolismo, interpretación, estatus, como parte de su lenguaje.

El interiorista les confiere contenidos apropiados para cada actividad y estas se desarrollan tanto en exteriores como en interiores. El ropaje que demanda todas esas situaciones no lo pueden ofrecer otros técnicos más que el interiorista, porque su especificidad es esa.

El interiorista da respuestas funcionales y creativas a los espacios públicos y privados donde se realizan esas actividades, como: organismos oficiales, docentes, sanitarios, deportivos, espectáculos, centros de ocio, comerciales, lúdicos, expositivos, centros de congresos, feriales, residenciales, pequeños y medianos comercios, oficinas y despachos, hostelería, hospedería...

El interiorista tiene su actividad en el mundo de la construcción, porque esta transcurren en un terreno que complementa a la edificación, dando cobertura a servicios y prestaciones que fijan y determinan finalmente el uso por el que se ha construido el Edificio.

El interiorista tiene mucho trabajo en un futuro cercano. El mundo de la construcción, que es termómetro de la economía de España, no se determina solo por la inversión que se realice en la creación de nuevos edificios, hay que añadir la que se hace sobre las rehabilitaciones, puesta en marcha o renovaciones de entidades de prestación de servicio públicos y privados. Y esta inversión es muy significativa y lo será más, cuando se hayan cubierto las demandas de nuevos edificios o escasee el suelo urbanizable, ya que se deberá seguir conservando los existentes, rehabilitándolos.

Es evidente el gran trabajo que generará, no considerada edificación, sino obra menor, de sencillez constructiva, poca entidad arquitectónica, que no altera la estructura del edificio, ni su volumetría, ni cambian los usos característicos del mismo, como especifican las atribuciones de los Técnicos del Interiorismo; es decir de los Decoradores/Diseñadores de Interiores. Y en las actuaciones fuera de edificios es clara su actuación, como son jardines, y espacios expositivos, escenográficos y lúdicos.

Por otro parte, todos los profesionales de este sector están de enhorabuena ya que el Colegio Oficial de Decoradores ha concluido su etapa de consolidación en la comunidad extremeña, al constituirse como Colegio Oficial Autonómico, a partir de la publicación de sus Estatutos en el Diario Oficial de Extremadura número 66 del 9 de junio de 2.007, según Resolución del 30 de mayo de 2.007 de la Consejera de Presidencia, Casilda Gutiérrez Pérez.

La dirección del colegio felicita a todos los compañeros titulados que con esta valiosa herramienta la profesión podrá ser puesta en valor y al servicio de esta sociedad en toda su amplia dimensión.