Existen muchas maneras de entrar en los récord del Guinness. Una de ellas es ser capaz de bombear hormigón a 601 metros de altura como logró el pasado año una de las máquinas de Putzmeister en la Torre Burj Dubai, aspirante a ser el edificio más alto del mundo cuando se termine en el 2009.

La empresa alemana, sólidamente asentada en España desde 1974, cumple 50 años de existencia y está considerada la número uno del mundo en herramientas para proyección de hormigón. Por eso, es probable que sus máquinas sirvan para asentar el túnel del AVE que pasará junto a la Sagrada Família. Una de ellas, con un coste de 300.000 euros, se usó para sostener el túnel de la línea 5 en el Carmel y allí quedó sepultada para siempre porque a veces es más barato dejar allí la herramienta que recuperarla.

Su experiencia, probada tanto bajo el mar (en la construcción del Eurotúnel) como en proyectos a 4.000 metros de altura en Perú, va desde soluciones que llevan el hormigón hasta lo más alto de los grandes edificios a otras que retiran escombros en túneles a la vez que inyectan mortero, pasando por máquinas que bombean mientras trabaja la tuneladora y las que proyectan el hormigón y calculan la mezcla exacta de aditivos que lo hacen más consistentes.

EN CASI TODO EL MUNDO Lo curioso es que, aunque Putzmeister es una multinacional presente en casi todos los continentes, las máquinas que trabajan bajo tierra se han diseñado y se fabrican en España desde hace años. Igual que un nuevo vehículo de limpieza con agua a presión a la que se le ha bajado algo la potencia ya que es capaz de demoler hormigón (y partir en dos a un hombre). De hecho, Putzmeister Ibérica es para el grupo la segunda filial más importante después de la de Estados Unidos y ha sido capaz de vender en un año casi el mismo número de bombas de hormigón sobre camión --con alcance de hasta 62 metros-- que su hermana norteamericana. El precio de estas macrobombas es de 1,5 millones la unidad.

El boom de la construcción le vino bien a Putzmeister Ibérica. Desde hace cinco años crece al 30% anual aunque su gerente, José Antonio Nieto, reconoce que si en el 2007 ingresaron 116 millones de euros y ganaron tres millones, la explosión de la burbuja inmobiliaria bajará las ventas a la mitad y reducirá a un tercio los beneficios.

Putzmeister se ha salvado de la quema gracias a las exportaciones y a la obra civil, ya que el 30% de sus ingresos provienen de las máquinas que proyectan en túneles. Nieto ha notado una incipiente reactivación de los proyectos de infraestructuras en España porque después de un cierto parón algunas empresas han comenzado a tantear a la empresa para comprar herramientas.

Sus proyectos futuros pasan por desembarcar en Latinoamérica donde Nieto espera encontrar un nuevo nicho de mercado, sobre todo con máquinas especiales para la minería. Ya una sofisticada herramienta de Putzmeister, como siempre hecha a la medida en España, trabaja en Boswana en una mina de diamantes.

También Nieto tiene previsto extender sus redes a los mercados de Marruecos, Túnez y Argelia y, como viene haciendo la empresa desde más de una década, seguir desarrollando nuevas tecnologías.