La tradicional estrategia de Microsoft de incumplir los dictámenes de las autoridades internacionales de competencia para seguir afianzando su posición monopolística está comenzando a salirle cara al gigante informático estadounidense. La Comisión Europea impuso este miércoles a la compañía un nueva multa récord de 899 millones de euros por haber tardado tres años y medio en facilitar la información para garantizar la interoperatividad de los servidores de grupo de trabajo Windows con los programas de otros competidores. "Esta es la tercera vez en cuatro años que tenemos que imponer sanciones a Microsoft", lamentó la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes. "Es la primera vez en 50 años de política de competencia de la Unión Europea (UE) que ha sido necesario imponer a una empresa sanciones por no cumplir una decisión antimonopolio", remachó Kroes para resaltar la gravedad del caso. "Microsoft nos debe en total 1.676 millones de euros", recordó la comisaria, al sumar las otras dos sanciones anteriores, impuestas en el 2004 y en el 2006.

Durante tres años y medio, Microsoft estuvo demorando cumplir el dictamen de la Comisión Europea de marzo del 2004 que le obligaba a facilitar las especificaciones técnicas para que los programas de otras compañías pudieran comunicarse y funcionar correctamente con los servidores de grupo de trabajo de Windows. Primero, no facilitó los datos. Después, dio datos incorrectos. Más tarde, intentó cobrar unos precios exorbitantes por esa información. Esto forzó a Kroes a añadir a la multa inicial de 497,2 millones otra de 280,5 millones en julio del 2006. Pero gracias a ese comportamiento ilegal, Microsoft amplió aún más su posición monopolística.

Solo después de que el Tribunal de Justicia de la UE confirmara el 17 de septiembre del 2007 la ilegalidad de las prácticas habituales de Microsoft de integrar programas al sistema operativo Windows y de impedir la interoperatividad de los competidores con el programa, el gigante norteamericano aceptó divulgar los códigos técnicos necesarios en unas condiciones razonables. La contundencia de la histórica sentencia fue tan aplastante que Microsoft renunció a presentar un recurso.

"La conducta de Microsoft ha perjudicado directa o indirectamente a millones de oficinas empresariales y a gobiernos de todo el mundo", denunció Kroes. Pese a todo, la Comisión Europea optó por mostrarse "muy razonable", porque habría podido aplicar a Microsoft una multa de "hasta 1.500 millones", explicó la comisaria.

El gigante informático norteamericano se apresuró a anunciar que pagará la multa impuesta y a asegurar que "la sanción corresponde a problemas del pasado ya resueltos". Microsoft recordó el anuncio efectuado la semana pasada "para mejorar" la interoperatividad de sus productos con los programas de la competencia. Sin embargo, los problemas de Microsoft con la Comisión Europea están lejos de haber acabado. Kroes destacó que en enero inició una nueva investigación sobre la compañía por seguir integrando programas en el sistema operativo Windows y por los problemas de interoperatividad que causan otros programas como el paquete de aplicaciones de oficina office.