Si pregunta a cualquier estadounidense medio cuál es su gran preocupación actual, le contestará con una sola palabra: gasolina. Los precios están por las nubes, nueve de cada 10 americanos cree que sus finanzas se resentirán --y mucho-- por llenar el depósito en el próximo medio año, y tanto negocios como usuarios idean nuevas fórmulas para pasar el mal trago. La última llega desde la Asociación de Burdeles de Nevada, con un nuevo sistema contra la crisis: tras comprobar que el negocio ha caído un 25%, ofrece tarjetas de gasolina a los camioneros (un 75% de su clientela) que utilicen sus servicios.

"Los tiempos son duros y tienen menos dinero para gastar. Ocurre lo mismo cada vez que sube el combustible", dice el presidente de la asociación, Geoffrey Arnold, añadiendo que de los 28 establecimientos legales en el estado, 16 se levantan en zonas rurales, más afectadas que Las Vegas por la falta de clientes.

Los conductores americanos están escandalizados con los precios. El galón de diésel cuesta 4,70 dólares (tres euros, 0,79 euros el litro; un 67% más que el año pasado), y el de gasolina una media de 4,086 (2,6 euros; 0,68 euros el litro). Por eso muchos cruzan la frontera para llenar el tanque en poblaciones mexicanas como Tijuana (donde pagan 3,10 dólares por galón) y así ahorrarse hasta 30 dólares. "Seguiré yendo una vez a la semana hasta que los precios bajen", declaró a la CNN Ricardo Fernández, que con su decisión ayuda a que la demanda de gasolina en EEUU haya caído por primera vez en 17 años.

Otra práctica habitual es robar combustible de los vehículos. La compañía Advance Autoparts Inc., con 3.300 tiendas en EEUU, ha detectado esta técnica en 40 estados después de que se disparasen las ventas de tapones con cierre de seguridad para los depósitos. También Chrysler se ha apuntado a las rebajas a través de su programa Let´s Refuel America. Quienes han comprado un modelo de Chrysler, Dodge o Jeep hasta el pasado 7 de julio han recibido una tarjeta con la que podrán pagar el mismo precio barato por el galón de gasolina o diesel (2,99 dólares) durante los próximos tres años.

Por otro lado, la Asociación de Automovilistas Americanos se queja de que sus afiliados en California reciben un creciente número de llamadas de conductores que aparentemente se quedan sin gasolina en la carretera. "Las pólizas de asistencia les garantizan tres galones gratuitos y el remolque", dicen sobre este tipo de casos. Y los agricultores, por su parte, han detectado "una epidemia de robo de diésel", que se vende después en el mercado negro.

Según el Departamento de Transporte, los estadounidenses condujeron 1.400 millones de millas menos en abril en comparación con el mismo mes del año pasado, y las ventas de coches deportivos bajaron un 38% en mayo. Además, en Los Angeles (donde muchos no han utilizado el transporte público en su vida) los usuarios están cambiando el volante por trenes, buses y metro, que baten récord de pasajeros. Se llega incluso a dejar de comprar entradas para conciertos y así no tener que conducir hasta el lugar.

A todo ello se une la receta del candidato republicano John McCain contra la dependencia del petróleo. Si llega a la Casa Blanca, McCain promete un premio de 300 millones de dólares (un dólar por cada estadounidense) a quien desarrolle una batería que mejore los actuales coches híbridos y eléctricos.