El consejero de Agricultura extremeño, Juan María Vázquez, y su homóloga castellano leonesa, Silvia Clemente, trasladaron el pasado lunes a la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, la necesidad de adoptar urgentemente un Plan de Reestructuración para el sector ovino y caprino, que arrastra una crisis de desequilibrio entre la oferta y la demanda y una caída de precios que, aseguraron, no hacen viable a sector. Vázquez planteó esta medida durante el Consejo Consultivo de Agricultura preparatorio del Consejo de ministros comunitarios del ramo que se celebra mañana y en el que el auge del precio de los alimentos será uno de los asuntos prioritarios.

En este sentido, el ministerio junto con las comunidades autónomas decidieron crear un grupo de trabajo en el que entrarán los representantes autonómicos, en el marco del observatorio de precios, para analizar los precios de materias primas y alimentos básicos en el mercado nacional.

La secretaria general de Medio Rural, Alicia Villauriz, señaló que el fuerte incremento de los alimentos a nivel mundial, que ya han constatado diversos organismos internacionales, compromete la seguridad y la soberanía alimentaria de los países en vías de desarrollo. En esta línea, ha anunciado que el ministerio participará activamente en la elaboración de un informe interministerial que prepara el Gobierno para aportar soluciones en los organismos multiregionales y regionales que palíen esta situación. Destacó que el envío de ayuda alimentaria no es la solución en una coyuntura como la actual de tensiones alcistas en las materias primas, tanto alimentarias como del resto de los inputs necesarios para producir, por lo que hay que buscar medidas que garanticen la suficiencia alimentaria para mantener producciones que cubran las necesidades tanto en los países desarrollados como en los emergentes. Villauriz apuntó que la UE no tiene ningún problema de abastecimiento alimentario, "aunque sí de incremento de precios de los alimentos básicos", por lo que hay que asegurar un buen funcionamiento de los mecanismos de control de los mercados, como el observatorio de precios.