Qué bien viene YouTube para repasar grandes éxitos. Y más si los canta el electrizante Michael Jackson. Hagan la prueba. Celebren su medio siglo de vida (el cantante cumple mañana 50 años) buscando la actuación de los Jackson Five como teloneros de su madrina artística, Diana Ross, en la ciudad de Los Angeles, en agosto de 1969. O la que presentaba su primer sencillo, I want you back, en el show de Ed Sullivan. Desde entonces hasta la celebración del 30º aniversario de Michael Jackson como solista, en el 2001, cuando se reunió con sus hermanos por primera vez en dos décadas en el Madison Square Garden, pasaron 32 años. Y desde aquel especial en Nueva York hasta la última foto del artista, decrépito, frágil, en pijama y silla de ruedas, entrando con sus hijos a una librería de Las Vegas este verano, han pasado solo siete. En medio, hubo un desgastante, vergonzoso y doloroso juicio que en el 2005 lo expuso al escarnio mundial, acusado por abusar de un menor antes de que un jurado californiano lo declarara no culpable.

"Cuando era niña, pasaba mucho tiempo tumbada en la cama, pensando en los Jackson Five. Cada adolescente negra de los EEUU de los años 70 tenía su favorito, pero todas coincidíamos en que Michael era la estrella, con ese talento prematuro y ese perfecto pelo afro que muchos buscábamos y pocos conseguíamos", escribe la novelista Martha Southgate. El de Jackson fue un comienzo glorioso. ¿Qué ha pasado entonces?

Margo Jefferson intenta contestar a esa pregunta en On Michael Jackson. "Quién es MJ, ¿un protector de niños o un pedófilo? ¿Un genio golpeado o una celebridad intentando agarrarse a su fama a toda costa? ¿Una estrella infantil que teme envejecer o un pervertido psicópata? ¿Y si es todo eso a la vez?".

El libro examina una infancia cuya realidad estaba muy lejos de las felices fotos tomadas a los Jackson Five. "Michael encontró su propia forma de enloquecer en público", dice Southgate en la crítica de On Michael Jackson, que repasa desde sus dotes de showman hasta su mutación con muchas operaciones de cirugía estética, pero no profundiza en su ascenso y caída. "Quizá sea mucho pedir. Quizá Jackson es solo una estrella pop con una vida demasiado extraña, un pasado glorioso y un presente patético", concluye la novelista negra, fan del indiscutible rey del pop en los años 80. Una estrella con todos los ingredientes para triunfar: voz personalísima, bailes imposibles, poderoso directo y gran versatilidad en el estudio.

Thriller (1982) fue el álbum más vendido de todos los tiempos. Y él, el primer negro que brilló en la MTV, rompiendo moldes con sus vídeos musicales. Pero la luna de miel con los medios dejó de ser rosa, y en lugar de ensalzar su talento musical empezaron a señalar sus cada vez más bizarras excentricidades en el parque de atracciones de Neverland, su rancho, alejado de la vida adulta. Comenzaron a fotografiarlo con mascarillas, pañuelos, velos, burkas. Acusado de abusar de un menor de 13 años en 1993, Jackson puso fin a este primer escándalo, del que nunca se recuperaría, pagando una cifra millonaria a la familia del niño para evitar el juicio. Desde ese momento, dejó de grabar discos con tanta frecuencia e inspiración como solía.

INFANCIA DIFICIL Nacido Michael Joseph Jackson, el 29 de agosto de 1958 en Gary (Indiana), fue el quinto hijo de un trabajador del acero llamado Joe. Y demostró su habilidad para la música y el baile desde pequeño. El padre formó un grupo con sus tres hijos mayores en 1962, al que Michael se uniría un año después. Los Jackson Five firmaron con la Motown cuando Michael tenía 11 años. A los 17, formaron los Jacksons con Epic, y poco después grabó su primer disco en solitario con el productor Quincy Jones, liberado ya del yugo de su padre.

Michael era una presencia inolvidable, un ídolo con hits irresistibles que todavía hoy arrancan alguna sonrisa y llenan la pista cada vez que suenan.

Y como ídolo ha caído. De las finanzas de Michael Jackson, que supuestamente prepara un disco en Las Vegas, se ha dicho de todo: que está en la ruina, que pidió un préstamo de 184 millones de euros para mantener su estilo de vida, que accedió a vender la mitad del catálogo que comparte con Sony e incluye los derechos de canciones de los Beatles, Roy Orbison o Bob Dylan e, incluso, que se gastó hace tiempo los 115 millones que cobró por Thriller .