Acostumbrado a marcar goles a pares, Leo Messi encajó uno hace unos días. Y de su propio equipo. Un tanto desde Argentina, obra de su abuelo materno, Antonio Cuccitini. Fue un gol, ya que el crack azulgrana había mantenido en secreto que su relación con la nutricionista Antonella Roccuzo había acabado. Pero al anciano se le escapó la noticia; un gol en propia puerta, sin querer, como el que marcó hace unos meses el abuelo de Andrés Iniesta al revelar que el jugador de Fuentealbilla esperaba un hijo. Cuccitini estaba siendo entrevistado en la emisora de Rosario Radio 2 cuando, a la pregunta de si le gustaría que su nieto se casara y tuviera hijos que le convirtieran en bisabuelo, respondió: "Lo voy a ver, si Dios quiere, pero no tiene ahora novia. Tenía una y se pelearon... Mejor, es muy joven. Tiene tiempo. Yo siempre le digo: Divertite , bien, sanamente, disfrútalo, salí a pasear en el auto con los amigos. Acá tiene muchos amigos en Rosario, acá le llaman a cada rato. Pero no te apurés , no te apurés ". La discreción del jugador argentino había mantenido la ruptura en secreto, que es reciente, ya que ambos acudieron a principios de noviembre al estreno de Varekai , de Cirque du Soleil, en Barcelona. En cambio, la joven ya no fue de compras con la familia Messi a Milán a mediados de diciembre. Parecía una relación amorosa sólida, ya que este año Rocuzzo viajó a Suráfrica para animar a su novio en el Mundial y, tras la eliminación de Argentina, estuvo con el futbolista en las playas de Río de Janeiro y Cancún. Ambos se conocían desde que eran niños, ya que la joven es prima de uno de los mejores amigos del Balón de Oro.