Esta vez el guaperas Warrick no buscaba huellas dactilares ni rastros de sangre. La visita relámpago a Barcelona del actor Gary Dourdan tuvo motivos tan hedonistas como disfrutar de las carreras DTM en el circuito de Montmeló y de la noche local. El artista, cuyos ojos claros le convirtieron en el sex symbol de la serie CSI Las Vegas, llegó de visita a España hace tres meses y aún no ha visto el momento de volver a EEUU.

Tras casi tres meses de dolce vita en Ibiza, donde ha cultivado a partes iguales su fama de fiestero y algún kilito de más, Dourdan se escapó a Barcelona el pasado domingo para asistir al DTM, donde competían Mercedes y Audi. El actor ha hecho muy buenas migas en los últimos meses con el piloto Matthias Lauda (hijo de Nicky Lauda), que competía en Montmeló.

Instalado en el Hotel Arts, el exinvestigador (ha dejado la serie) recorrió el famoso barrio del Born y el paseo Marítimo, y eligió para cenar el restaurante CDLC Barcelona, donde acaban recalando la mayoría de celebrities que pasan por la ciudad condal. Allí cenó con su actual novia, con Lauda y con el relaciones públicas (especializado en famosos) Roman Fortunato. En cuanto los fans le reconocieron se generó un gran revuelo en la sala del restaurante, donde no dejó de firmar autógrafos sin perder el humor. Aficionado al champán y a las juergas, disfrutó de la velada hasta las cuatro de la madrugada, cuando al final optó por volver a su hotel.

Dourdan se vuelve a Ibiza, donde estará hasta el 2 de octubre, cuando viajará a Lleida para ver un desfile de Custo --cuya ropa le vuelve loco--.