Un perfectamente trajeado Keanu Reeves quiso marcar ayer diferencias con el mundillo de Hollywood. "¡Hollywood! ¿Qué es Hollywood?", se rió. El actor canadiense nacido en Beirut en 1964 aseguró que prefiere mantenerse en un segundo plano, al margen de la farándula. "Tengo un perfil discreto y así voy a seguir", destacó en Madrid, ciudad que visitó para presentar su nuevo trabajo: Ultimátum a la Tierra. La película, que se estrena el 12 de diciembre, es un remake del clásico de ciencia ficción que Robert Wise dirigió en 1951.

Reeves --que, una vez más, demostró que lo suyo no son los derroches de expresividad-- subrayó que lo mejor de Hollywood es la gente con la que te topas en el camino. En la mayoría de las ocasiones suelen ser personas "interesantes" que te aportan cosas positivas. Ha sido el caso, por ejemplo, de su compañera de reparto en Ultimátum a la Tierra , Jennifer Connelly. En la película, Reeves da vida a un extraterrestre que tiene apariencia humana y que, en principio, viene a la Tierra en son de paz. Su objetivo es lanzar una advertencia: "La violencia del hombre contra el hombre amenaza la supervivencia de otras civilizaciones". Ultimátum a la Tierra refleja, según su protagonista, el hecho actual de que la humanidad está en una encrucijada (léase, problemas medioambientales) de la que se puede salir si hay voluntad. A pesar de estrenar nuevo filme, es imposible que Reeves se siente frente a periodistas y no haya preguntas sobre su personaje de Neo en Matrix. "Aunque algunos me han encasillado en ese papel, yo no", aseguró.