La gente del cine no se amilana ante los elementos adversos y ni la crisis ni el frío intenso que hizo ayer en Madrid impidieron la fiesta-cóctel de los candidatos a los Premios Goya de la Academia de Cine que, como siempre, se celebró en la sede del gobierno autónomo, en la Puerta del Sol. Eso sí, lo intempestivo de la hora (11.30) para el mundo de la farándula, y más en un sábado, restaron jolgorio y glamur a una cita que otros años fue de noche.

Seguramente el horario fue también el motivo por el que actores y actrices prefirieron dejar en el armario sus mejores galas en espera de que se celebre la ceremonia de entrega de los premios el próximo día 1. Solo la presidenta de la academia, Angeles González-Sinde, fiel a Devota y Lomba, lució un vestido corto en gris y azul, con amplio vuelo y espalda al aire, y zapatos también en gris con tacón de vértigo. En esto último coincidió González-Sinde, candidata a mejor guión adaptado por el filme que también dirige, con dos de las mejores actrices de este año: Ariadna Gil y Maribel Verdú, que también eligieron el gris, blanco y negro para su vestuario. Los chicos, en general, muy informales --Javier Cámara y Fernando Tejero no pararon de bromear--, tampoco evitaron los colores de moda este invierno. Solo la corbata a rayas multicolor del consejero madrileño de Cultura, Santiago Fisas, y la chaqueta vaquera del Goya de honor, Jesús Franco, rompieron la monotonía. González-Sinde y Fisas, sin quitarse sus respectivos abrigos, recibieron en la puerta a los invitados. Los cuatro directores candidatos --José Luis, Cuerda, Alex de la Iglesia, Agustín Díaz Yanes y Javier Fesser-- llegaron con los intérpretes y productores de sus filmes. Al igual que los realizadores noveles como Santiago Zannou (El truco del manco ) o Irene Cardona (Un novio para Yasmina ) e intérpretes menos conocidos --Alvaro Cervantes (El juego del ahorcado ) o Nerea Camacho (Camino , una de las favoritas). Faltaron algunas caras conocidas, como es el caso de Penélope Cruz, Benicio del Toro y Diego Luna