El martes será un día estelar. Porque cinco estrellas alumbrarán de golpe el cielo gastronómico con la reapertura de El Bulli, en su penúltima temporada como restaurante convencional, y de Mugaritz, que se consumió por el fuego en febrero y renace la próxima semana, el mismo día que el local de Roses (Girona). La coincidencia no es casual; Ferran Adrià le sugirió a su colega Andoni Luis Aduriz, que luce dos estrellas por el establecimiento de Errenteria, abrir al mismo tiempo, en un demostración de que la alta cocina española está muy viva, acaso como una muestra de que tiene relevo, y que hay varios chefs cocinándolo, como el propio cocinero vasco (dos estrellas Michelin y quinto mejor restaurante del mundo según la revista Restaurant ) o los hermanos Roca, con su Celler (tres estrellas y cuarto mejor establecimiento).

"La gente cree que estamos cerrados. Y no. Nuestra última temporada será la del 2011", puntualiza un Adrià "muy ilusionado" ante el futuro inmediato y lejano que le espera. Este año cerrará el 30 de diciembre y en el 2011 pretende cerrar la etapa de El Bulli como restaurante haciendo la temporada de invierno, abriendo de enero a junio. "Seremos más espontáneos, más frescos, más anárquicos. Ya no seremos tan metódicos en los procesos creativos", avanza el mejor chef del mundo, que ha preparado 400 novedades para esta temporada. Una garantía de que la carta irá cambiando permanentemente.

Aduriz también vuelve con fuerza. Con el resurgir, tras el incendio, ha venido el cambio de chip. "Vamos a cambiar bastante, con una quincena de platos nuevos, remarcando más nuestra línea --comenta el chef--. Seremos más Mugaritz que nunca, haremos una cocina que aún no sabemos como denominar, pero que podríamos definir como inacabada, porque tendrá una austeridad que, en muchos casos, será incluso dolorosa".