Hay relaciones destructivas y la de Amy Winehouse y Blake Fielder-Civil era una de ellas. Por eso, las familias de ambos han visto con alivio cómo el Tribunal Superior de Londres concedía ayer el divorcio a la pareja. La vista, en la que ninguno de los dos estuvo presente, duró apenas 75 segundos. Según consta en los documentos presentados, Blake había solicitado el divorcio acusando a Amy de haber cometido adulterio en abril del pasado año, con un amante no identificado. La convivencia, alegaba él, se había vuelto "intolerable". La pareja se había casado en Miami en el 2007 y su turbulenta vida en común estuvo continuamente dominada por escándalos, violencia, drogas y alcohol.