Antonio Banderas demostró ayer, con la misma soltura que emplea para enamorar a las cámaras, que es un motard de los buenos. El actor malagueño lideró la presentación de su equipo de motos, que, a partir del próximo fin de semana, participará en el Mundial de motociclismo en la nueva categoría de Moto2. Un equipo que, patrocinado por Jack&Jones y financiado por Banderas, contará con dos de los pilotos que más han brillado esta pretemporada, Joan Olivé y Kenny Noyes. Banderas explicó ayer, en el teatro Compac de Madrid, que desde el primer momento se sintió atraído y "entusiasmado" con el proyecto que, en un día de vela, le relató Daniel Devahive y que enseguida se puso manos a la obra.

"El motociclismo ha formado parte de mi vida siempre, siempre", empezó explicando Banderas. "Recuerdo haber crecido viendo correr a Angel Nieto y a Santiago Herrero a lomos de aquellas maravillas balas rojas", contó el actor, que confesó tener cinco motos de calle y una de cros en su garaje. "El deporte ha ayudado, y mucho, a España a crecer como país y ahora son muchos los que piensan que esto de ganar grandes premios y títulos mundiales es fácil, pero, no, no lo es. Todo cuesta horrores".

Banderas aseguró que va a estar muy pendiente de su nuevo proyecto. "No voy a sacar el látigo del Zorro para pedir resultados inmediatos. Quiero que todos vayan paso a paso, sin prisas pero sin pausas". Banderas también habló de los "superhéroes" del momento, como el italiano Valentino Rossi, por el que mostró una gran admiración. "Nosotros, en Moto2, queremos ser la cantera de MotoGP". En ese sentido, el actor malagueño dijo que él siempre había participado en el debate sobre el que giran las carreras de motos: qué es más importante, la máquina o el piloto. "La nueva categoría de Moto2 puede que nos ayude a resolver ese debate, pues todas las motos son iguales y la intervención del piloto va a ser decisiva".