La reverencia de Barack Obama ante el emperador de Japón, Akihito (en la foto), ha desatado la polémica en Estados Unidos. Desde las filas republicanas han criticado al presidente norteamericano, que se inclinó casi un tercio de su estatura sin recibir un saludo recíproco de su anfitrión, al entender que su gesto es de sumisión. Esta no es la primera vez que el mandatario estadounidense levanta la ira de los republicanos. En abril recibió un aluvión de críticas al inclinarse ante el rey de Arabia Saudí. El diario The Washington Timesafirmó entonces que el gesto constituyó una violación de los siglos de tradición estadounidense de no condescender o mostrarse inferior ante la realeza.