David Bisbal ha vuelto a España para presentar en los escenarios más importantes la gira mundial Sin mirar atrás. Tour 2010. El pistoletazo de salida lo dio en su tierra, Almería, en la plaza de toros de Roquetas de Mar, que estuvo a punto de reventar: más de 8.000 personas asistieron al concierto. En el programa figuran Bilbao, San Sebastian, Valladolid, Granada, Palma... así hasta 45 ciudades españolas. En Madrid estuvo el sábado, en Rock in Rio cantando con Miley Cyrus.

Bisbal ha viajado a España con su compañera, Elena Tablada, y su hija, Ella, un bebé de tres meses que le tiene arrebatada el alma: "La llegada de Ella me ha dado una energía especial encima del escenario". El cantante ha dedicado a su niña, la que junto a Dígale considera una de sus mejores canciones, Mi princesa, una balada que ha compuesto el artista con el cubano Amaury Gutiérrez: "Es como una joya sin pulir, la letra es muy bonita y la instrumentación muy básica, tiene dos guitarras acústicas nada más y un cuarteto de cuerda", explica. Se siente muy orgulloso de esta canción porque le recuerda que en su vida "existen tres princesas maravillosas: mi madre, Elena y mi hija".

HOMBRE FAMILIAR Y es que Bisbal es sobre todo un hombre muy familiar. Lo primero que dijo nada más aterrizar en Almería es que antes de comparecer ante los medios de comunicación solo le había dado tiempo de ducharse y comer un plato de habichuelas que le había preparado su madre. "Me encanta su comida, los platos de cuchara que echo mucho de menos porque paso mucho tiempo fuera de España. Siempre que vengo me prepara una paella, lentejas, fideos o habichuelas".

El cantante cuenta que con el título que da nombre a la gira y al disco, Sin mirar atrás, quiere transmitir un mensaje de "optimismo". "No dejo de mirar atrás, los buenos recuerdos están ahí y trato de motivar a la gente".

Bisbal se ha convertido en un fenómeno internacional que mueve cifras espectaculares: ha publicado cuatro álbumes con los que ha superado la cifra de 4,5 millones de discos vendidos. Tiene 33 discos de platino, 15 de oro y dos de diamantes. En su lista de premios figuran desde el Grammy al Billboard Latino, World Music Award, Ondas... Galardones que no han conseguido cambiar el carácter abierto del artista.

Pero la popularidad también tiene inconvenientes. ¿Has tenido que renunciar a muchas cosas? "Desde el principio de mi carrera me negué a clausurarme, a tener una vida superprivada porque la gente quiera acercarse. El mayor inconveniente es que hay muchas televisiones que te siguen y a veces hacen preguntas incómodas, pero yo tengo mucha paciencia".

Y la pregunta del millón. ¿Y la boda con Elena? "Llegará cuando la podamos preparar como se merece. Aunque aviso, no creo que sea pública, será algo tranquilo".