La excéntrica vida del más grande jugador de ajedrezde todos los tiempos, el norteamericano Bobby Fisher, tiene un nuevo capítulo posmórtem. El abogado de una niña islandesa de 9 años ha pedido la exhumación de su cadáver para determinar si es el padre. Fisher murió en el 2008 sin hacer testamento. Su legado continúa en litigio.