No era su primera entrevista en televisión como cantante, pero sí como primera dama. Carla Bruni promocionó la noche del viernes su nuevo disco en el informativo de TF1, la primera cadena privada de Francia, y habló también de su función como esposa del presidente de la República, Nicolas Sarkozy, a quien dijo que desea "hacer feliz y sosegar". "Todas las mujeres hacen eso con los hombres que aman", añadió para corregir el tiro tras utilizar la palabra "sosegar", poco apropiada para referirse a un jefe de Estado, especialmente si este es criticado por su hiperactividad y por su estilo excesivo. Aunque se han notado, los esfuerzos de Bruni por apaciguar a su marido no siempre consiguen evitar las salidas de tono de Sarkozy cuando él se deja llevar por el entusiasmo. Sus comentarios públicos sobre la belleza de su mujer resultan fuera de lugar, y sus arranques de bravuconería le pasan factura.

Por el resto, Bruni estuvo impecable en su papel de cantante que reivindica su independencia y la "audacia" de sacar un disco en su situación. Es decir, sabiendo que cada palabra del nuevo cedé, titulado Comme si de rien n´était (Como si nada ), será analizada en función de su matrimonio con el inquilino del Elíseo. Ella insiste en que el 80% del trabajo estaba hecho antes de conocer a Sarkozy.