Calleja y su equipo han decidido no llegar al final. Quizás desean repetir el reto en el futuro, privilegio solo de los inteligentes. El presentador leonés y sus compañeros del canal Cuatro vuelven a la superficie y abandonan el objetivo de llegar al fondo de la cueva Krúbera-Voronya, más allá de los 2.200 metros bajo la superficie, la sima más profunda del planeta. La amenaza de ahogarse bajo las aguas en la oscuridad más absoluta ha obligado a emprender el retorno y poner fin a una pesadilla que se inició el pasado lunes.

"Descartamos llegar a los 2.000 metros, nuestra única preocupación es salir". Con estas palabras publicadas en la web de Cuatro, el aventurero leonés Jesús Calleja ha anunciado la renuncia. Habían sido en ese momento cuatro días sin ver la luz del sol, a través de kilómetros de galerías y pasadizos, rodeados de organismos que son estudiados por la NASA como ejemplo de la vida que puede existir en Marte. En condiciones difíciles y se supone peores estados de ánimo, Calleja y su equipo se han visto obligados a iniciar el regreso a la superficie. El aventurero rubio y de peremne cara de sueño ha asegurado que "nada del equipo ha fallado" y "nadie se ha rendido", y que los problemas a los que se están enfrentando son a causa de que "las condiciones previstas no han sido las encontradas". "En un entorno tan hostil y sin posibilidad de rescate, hay que actuar con prudencia", ha contado Calleja. Y es que a partir de 1.600 metros de profundidad las posibilidades de rescate son escasas, cualquier imprevisto menor en un 8.000 se puede convertir a 2.000 metros bajo tierra en un problema irresoluble, en la pérdida de vidas.

Muchas horas de filmación

Los 1.637 alcanzados ya son un reto de primer nivel, una gran locura hecha realidad por parte de unos 'contaminados' por el virus de la exploración y el espectáculo televisivo. Ya se han filmado muchas horas de imágenes, por lo que para el programa 'Desafío Extremo' la emisión de la aventura está asegurada.

Los aventureros se han topado con un doble reto bajo la tierra, una inmersión híperextrema de trayecto desconocido hacia las profundidades, una galería inhundada de esas que hace amar más la vida que el reto y añorar la brisa fresca y los rayos del amanecer.

Durante el peligroso trayecto, Jesús Calleja ha tenido que atravesar 'La gran cascada', un pozo de 152 metros de largo. Poco antes de tomar la decisión de regresar, el aventurero de Cuatro dijo en 'Las mañanas de Cuatro' que se encontraban ante la etapa "más dura", un pasillo de 300 metros donde la máxima anchura son 40 centímetros y cuyo recorrido puede inundarse rápidamente. La amenaza de una irrupción súbita de agua en una ratonera como esa ha minado la confianza de los aventureros. La mirada de Calleja a la cámara transmitía la angustia típica de los que sufren una claustrofobia incontrolable. En ese momento parecía una guindilla más para el espectáculo. Al final, lo que transmitía era absolutamente real, el inicio de la renuncia al reto.

La sima Krúbera-Voronya

La sima Krúbera-Voronya está a 2240 metros sobre el nivel del mar, en el macizo karstiko de Arabika, junto al mar Negro, en la República de Abjasia (región que se separó de la exrepública soviética de Georgia). Conocida desde la década de 1960, solo se había alcanzado una profundidad de -340 metros en agosto de 1992, cuando comenzó la guerra civil abjasia, y se pospusieron las exploraciones. Las exploraciones se retomaron en 1999 y el Cavex Team y la Asociación Espeleológica Ucraniana lograron superar el récord del mundo de profundidad hasta en ocho ocasiones entre enero del 2001 (‐1.710 m) y agosto del 2012 (-2.197 m).

El récord actual para el hombre es de 2.197 metros bajo tierra tras bucear por una galería inundada, un elemento común en esta cueva donde existen diversos sifones o zonas anegadas de agua que cortan el paso. Con el paso de los años la profundidad "ha ido aumentando" hasta unos 2.240 metros conocidos, ya que algunos expertos creen que podría llegar hasta los 2.700 debido a nuevas zonas desconocidas que se comunican.

El punto clave

El punto clave es el conocido como 'Game Over', una zona que se localiza en los -2.080 metros y donde finaliza la galería, aunque continúa por cuatro sifones o zonas inhundadas muy complicadas. De ahí los sucesivos récords logrados por distintos equipos de aventureros y especialistas en la inmersión extrema.

Antes de llegar a lo más profundo de la sima, existen muchas zonas de dificultad elevada como las cascadas de agua helada sobre los -1.200 m. que empapan a los espeleólogos y que hacen todavía más complicada la misión, sin olvidar los sifones que hay que atravesar y la denominada 'Gatera del Infierno', en la que tras descender 1.640 metros la galería se estrecha a un tubo de 40 centímetros de diámetro por 300 de longitud. Tras pasar reptando, en este punto el rescate se hace inviable.