Los asesores de la familia real británica recibieron una bronca descomunal por parte de Camila por haberla borrado de la lista de invitados al servicio religioso en memoria de Diana, celebrado el pasado viernes. "Esperad solo a que sea reina", les soltó con rabia, según el dominical sensacionalista News of the World, que cita una fuente próxima al entorno del palacio de Buckingham. La duquesa de Cornualles tuvo una discusión violenta con los consejeros reales porque se sentía "humillada" por la decisión final. El rotativo afirma: "Camila juró vengarse de ellos por haberla convertido en el enemigo público número uno". Su enfado alcanzó al mismo príncipe Carlos. La pelea entre ambos fue, por lo visto, "feroz".