El príncipe Carlos no es conocido por ser un hombre celoso. Mejor que así sea, ya que su esposa, Camila Parker Bowles, cuya sólida relación se encuentra a años luz de la que mantenía con la princesa Diana, está disfrutando de unas vacaciones desde el martes en el Caribe con su exmarido, Andrew Parker Bowles. Será una semana en la más absoluta intimidad lejos de la familia real. Ambos estuvieron casados durante 21 años y se divorciaron en 1995. La duquesa de Cornualles está de vacaciones en un lugar secreto de la isla de Antigua con el padre de sus dos hijos y es posible que en los próximos días se una a ellos Rosemary, de 66 años, la segunda esposa del brigadier Parker Bowles, tratada de un cáncer recientemente.

El viaje no es casual. Carlos tiene previsto realizar una visita oficial por varias islas caribeñas precisamente a partir de la próxima semana, y será entonces cuando se reencuentre en Trinidad con Camila, a la que habría animado a tomarse unos días de descanso, según fuentes próximas al heredero. A pesar de la relación adúltera que ambos mantuvieron durante décadas a espaldas --o no-- de sus respectivas parejas, entre el príncipe y Andrew Parker Bowles siempre ha existido una gran cordialidad. El heredero al trono era un invitado habitual en la casa del matrimonio, e incluso es padrino de su hijo, Tom. El brigadier por su parte, un gran aficionado a los caballos, era un acompañante habitual de la fallecida reina madre en los hipódromos y todavía hoy sigue frecuentando los círculos reales.

"Que nadie se equivoque, Camila siempre ha sentido mucho cariño por Andrew", declaró ayer un amigo de ambos al Daily Mail. "El siempre le dio su apoyo y se comportó como un auténtico gentleman caballero cuando hizo falta", añade el rotativo.

La gira real por el Caribe se realizará en el Leander, un lujoso yate privado que ha sido alquilado por el Gobierno británico para los 11 días del viaje. Carlos ha preferido el barco para reducir así las emisiones de carbono. Así se podrá disminuir en un 40% las emisiones respecto a las de la gira que hizo en el año 2000, cuando viajó en avión.