El Carnaval de Tenerife vive su año I después de Rafael Amargo. Se ahuyentaron los malos espíritus y 9.000 personas corearon: "Esto sí es un pedazo de gala", la madrugada del miércoles en el Parque Marítimo César Manrique de Santa Cruz. La elección de la Reina del Carnaval, como prometió el alcalde chicharrero, Miguel Zerolo, volvió a ser lo que era: un espectáculo mágico, barroco y con sabor edulcorado, donde las comparsas y las murgas volvieron a cobrar protagonismo. Atrás quedó el bochorno de la gala del año pasado, mal dirigida por el bailaor Rafael Amargo, con el gag de Belén Esteban y la estampida de las murgas que tanto dio que hablar.

A golpe de talonario, el ayuntamiento tinerfeño se trajo a dos glorias del cine --"eso sí que es glamur", dijo el alcalde-- que no pararon de cuchichear al oído en toda la noche: Sofía Loren, de rojo Valentino y escotadísima, y Gerard Depardieu. Les pusieron dentro de un amplio jurado del que también formaban parte el actor Arturo Chatín Fernández, la cantante Angela Carrasco y los televisivos Marisa Porcel y Pepe Ruiz, del programa televisivo Escenas de matrimonio. El jurado eligió reina, entre 17 candidatas, a Nauzet Celeste, con un diseño de Santi Castro, pagado por el Carrefour de Santa Cruz, y llamado La edad de oro, con claras referencias a otra reina, Isabel II de Inglaterra. "Ha sido una gala bien bonita, la mejor en mucho tiempo", afirmó, casi sin palabras por la emoción, la joven, una perfumera de 22 años. Celeste se impuso a otros diseños. El suyo, de cinco metros de altura y cinco de ancho, pesa 400 kilos y está valorado en 35.000 euros. Ha sido elaborado con resinas envejecidas y recubierto con cristales de Swaroski.

LA DEUDA PENDIENTE

"La gala ha arrancado fuerte y ha sido muy ágil, sin tiempos muertos, como queríamos. Hemos devuelto el protagonismo a los chicharreros y a su carnaval", explicaba Jaime Azpilicueta, recuperado como director. Lo hacía tras las casi tres horas de espectáculo, con la actuación de los cubanos Orishas y Xiomara Laugart, y final de fuegos artificiales. Uno de los momentos más aplaudidos fue cuando el alcalde coronó a Elisabet García Reina del Carnaval 2007, lo que quedó pendiente el año pasado.