No lleva la metralleta de Eliot Ness, sino su guitarra acústica. Kevin Costner aterrizó ayer por la tarde en Barcelona procedente de California con ganas de exhibir su desconocida y sin embargo vieja faceta de cantante. "Se ha pasado todo el vuelo con las gafas y el sombrero negros puestos, pero todos le hemos reconocido", explicó un joven que compartió el trayecto con la megaestrella de Hollywood. El guardaespaldas más famoso de la historia. El hombre que bailó con lobos y muchísimos roles más compartirá su papel de músico country con los fans que hoy y mañana acudan a verle actuar con su banda Modern West.

Al cowboy Costner le gusta la música desde niño. De pequeño tocaba el piano y cantaba en el coro de la iglesia. Pero castraron sus ansias de improvisar y componer. Ni el profesor ni sus padres le dejaban tocar rock&roll por considerarlo "sucio". Su vocación de actor le hizo entonces casi olvidar su pasión por la música hasta hace 20 años, cuando conoció a John Coinman y Blair Forward y montaron el grupo Roving Boy y grabaron canciones que llegaron a ser número uno en Japón. Costner, sin embargo, se volcó de nuevo en el cine y fue su segunda mujer, Christine Baumgartner, la que le animó en el 2005 a desenfundar de nuevo su guitarra. Sumaron dos nuevas incorporaciones: el productor y también guitarrista Teddy Morgan y el batería Larry Cobb, con los que grabaron el álbum Untold truths con la mitad de las piezas compuestas por Costner, y con los que está a punto de publicar Turn it on (su lanzamiento en Europa está previsto para el 22 de febrero).

Su carrera musical podría parecer un capricho de estrella al peor estilo de Bruce Willis, que también le da a esto del rock. Pero en realidad Costner se toma muy en serio su doble profesión. El actor y su cuadrilla interpretarán una música que cabalga entre el rock, el pop, el country y el folk. Y entre sus méritos destaca el haber actuado en el Grand Ole Opry, el programa de radio de música country más antiguo de EEUU.