"Mi hijo no sabe lo que es una galleta. Él es feliz desayunando garbanzos". Dos frases acompañadas de una imagen le han bastado a la nutricionista catalana María Merino para causar un enorme revuelo en Twitter. La razón: el texto iba acompañado de la imagen de su pequeño almorzando legumbres cocidas.

La publicación, que en apenas dos días ha conseguido más de 3.000 Me gusta, ha sido comentada por centenares de usuarios, de los que ha recibido críticas y alabanzas por igual. Incluso ha creado debates espontáneos sobre alimentación y el volumen de azúcar que una dieta equilibrada debería tener.

Contrataque

"Vuestros malos hábitos de alimentación me llenan la consulta. Vosotros comed lo que queráis, yo seguiré alimentando a mi hijo en vez de darle de comer. Dos conceptos muy distintos", respondía María ante la ola de interacciones recibidas.

Ese último comentario no ha hecho más que acrecentar las ya airadas respuestas de los usuarios, por lo que la nutricionista de Molins de Rei (Baix Llobregat) se ha visto obligada a explicar en detalle a través de su blog lo que ya se conoce en las redes como "el desayuno de la polémica".

El azúcar, la causa de todo

"Sé lo que mi hijo debe desayunar, pero sobre todo sé lo que no debe desayunar", asegura en la publicación, en la que subraya su condición de dietista titulada. Merino afirma que su hijo "no desayuna cada día garbanzos", pero aquel día "los vio y me los pidió", por lo que la madre no le negó a su hijo "un alimento muy saludable y nutritivo".

"Es la industria del márketing la que se ha encargado de vendernos las galletas y paquetes de cereales como el desayuno saludable, pero todos esos productos son ultraprocesados y están cargados de azúcar", afirma Merino, que advierte que este componente conlleva a la larga "sobrepeso, obesidad y todas las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas, como diabetes, colesterol...".

Variadas reacciones

"A la gente le tocas el azúcar y se vuelven hienas", asegura uno de los usuarios que defiende a la dietista, aunque son muchos los que han alabado la "buena alternativa" que propone Merino.