Dennis Quaid afirmó en una entrevista al diario Bild am Sonntag que fue adicto a la cocaína y sufrió una depresión por culpa del éxito que obtuvo con su interpretación del cantante Jerry Lee Lewis en Gran bola de fuego. Quaid, de 53 años, explicó que se "veía muerto" y que "estaba decepcionado". El hijo que tuvo con Meg Ryan, fue quien le motivó a dejar Hollywood dos años. "Criarlo fue la única luz al final del túnel".