Hay una pregunta que la estrella alemana Diane Kruger se hace constantemente: "¿Y si hubiera seguido otro camino?". "Pienso en ello muy a menudo", nos confiesa al teléfono la actriz desde París, ciudad a la que se mudó en el año 1985. "Una de las cosas más difíciles en esta vida es tener la confianza suficiente para asumir que, sea cual sea la decisión que tomaste, es la buena. No hay que lamentarse por lo que perdemos, sino celebrar lo que ganamos".

Que Kruger se plantee cuestiones de tanta hondura existencial tiene que ver con su nuevo filme, Las vidas posibles de Mr. Nobody , en la que el último hombre mortal de la Tierra imagina las vidas que podría haber vivido y no vivió. "Yo elegí dejar de ser modelo y convertirme en intérprete. La pasarela me aburría", recuerda la alemana de 34 años, escogida por Calvin Klein como imagen de su nuevo perfume femenino, Beauty. "Fui a la escuela de Arte Dramático y me enamoré de la literatura francesa: Victor Hugo, Molière... Estudié teatro clásico durante dos años, y fue la mejor época de mi vida".

"Me gustaría pensar que existe el destino. Todos soñamos con ese primer amor de juventud que desapareció, y esperamos que un día regresará y se quedará para siempre". Kruger estuvo casada con el actor Guillaume Canet. Actualmente es pareja de Joshua Jackson (Fringe ). "Compartir mi vida con él me está ayudando a seguir el camino correcto", comenta. "Mi estabilidad emocional está contribuyendo a mi buen momento profesional".

LA PELICULA DE TARANTINO Su éxito actual también se debe, en parte, a que Quentin Tarantino contara con ella en Malditos bastardos . "Esa película ha cambiado la percepción que se tiene de mí en América. Solían verme como la típica actriz europea frágil y un poco remilgada, y se han dado cuenta de que puedo ser dura y peligrosa. Se me están ofreciendo papeles más interesantes y variados, aunque sigue siendo difícil conseguir papeles femeninos interesantes ahí". Por eso, aunque se deja querer por Estados Unidos, no está dispuesta a dejarlo todo por irse a triunfar allí. "No quiero ser encasillada como otra cara bonita de Hollywood. Soy europea, y quiero seguir haciendo cine europeo".

En cualquier caso, Kruger tiene claro que su vida puede volver a cambiar de dirección. Un día abandonó el mundo de la moda, y quizá otro día haga lo mismo con el cine: "No pienso hacerlo ahora, pero dentro de unos años quiero explorar las posibilidades que me ofrece ser mujer. Quiero tener hijos, y no me veo teniéndolos mientras esté metida en este negocio".