El realizador cinematográfico estadounidense David Lynch ha adquirido la colina del Teufelsberg (montaña del diablo) en Berlín para construir en su cima una universidad de la secta esotérica "Transzendentale Meditation" (TZM).

El director de filmes como "El hombre elefante", "Dune" o "Blue Velvet" ha adquirido el terreno de un inversor alemán, que lo había comprado a su vez tras el fin de la Guerra Fría y la retirada del ejército estadounidense de Berlín, revela hoy el rotativo "Bild". Mientras duró la división alemana y europea, el ejército norteamericano mantuvo sobre el Teufelsberg una gran central de escucha electrónica para vigilar los movimientos militares del Pacto de Varsovia en el este de Alemania y el viejo continente.

Con una altura de 115 metros, el Teufelsberg es la mayor elevación de Berlín y fue levantada artificialmente al final de la Segunda Guerra Mundial con los escombros resultantes de los bombardeos que sufrió la capital alemana.

El rotativo publica fotos exclusivas de la ceremonia esotérica celebrada por la secta en la cumbre de la montaña del diablo para formalizar espiritualmente el inicio del proyecto de la nueva universidad esotérica. En ellas puede verse a David Lynch acompañado por Raja Emanuel Schiffgens, representante y guru de TZM en Berlín, y una serie de adeptos con antorchas durante la noche en los terrenos que antiguamente ocupaba la estación de radares y antenas militares estadounidense. "Practico la meditación a diario desde hace 35 años", asegura Lynch en declaraciones recogidas por "Bild".

La secta TZM, que cuenta con unos 2.000 adeptos en Alemania, sigue una forma especial de meditación iniciada en los años 50 por el Maharashi Mahesh Yogi, según la Sociedad Federal de Asesoramiento sobre Sectas (AGPF). AGPF señala que los miembros de la secta venden su especial forma de meditación como opción curativa, ofrecen cursos de iniciación por 2.400 euros (unos 3.500 dólares al cambio actual), prometen a los novicios que llegarán a levitar y tienen un funcionamiento muy antidemocrático.