Decenas de periodistas y fotógrafos hicieron ayer guardia a la entrada del Tribunal Superior en Londres, donde ha empezado el proceso de divorcio de Paul McCartney y Heather Mills, la noticia de la semana en el Reino Unido. La vista, que se celebra a puerta cerrada en el tribunal de familia número 34, durará cinco días. Mills fue la primera en llegar, en un Mercedes con las ventanillas ahumadas, desde el que entró al tribunal ignorando a la prensa. La modelo, que está dispuesta a asumir su propia defensa, llevaba bajo el brazo un archivador con documentos. Poco después, acompañado de su equipo de abogados, apareció McCartney muy relajado, que respondió con un "buenos días" a los que allí esperaban.

Los expertos creen que este podría ser el divorcio más caro en la historia del Reino Unido, aunque el monto final del acuerdo podría no conocerse nunca. El exmiembro de los Beatles tiene una fortuna valorada en 1.100 millones de euros, de los que la que fue su esposa durante cuatro años podría llevarse unos 80. Beatriz, la hija de ambos, de cuatro años, es un elemento decisivo en el acuerdo judicial. "En las negociaciones, la cuestión clave es asegurar a su hija una manutención adecuada, así como asegurarse de que no hay una gran disparidad a los ojos de Beatriz entre los estilos de vida de Paul y Heather", ha declarado Suzanne Kingston, experta en derecho de familia. La abogada estima que Heather podría recibir entre 65 y 130 millones de euros.

"El hecho de que haya sido un matrimonio corto se va a tener en cuenta, y eso puede implicar que se vea la riqueza que se ha generado durante el periodo matrimonial", explica Kingston. El récord del divorcio más caro en el Reino Unido lo ostenta el empresario John Charman, quien tuvo que pagar a su exmujer 64,4 millones el pasado mayo.