Adolfo Domínguez, de 69 años, se enteró ayer de que es el Premio Nacional de Diseño de Moda 2019, que concede el Ministerio de Cultura y Deporte y está dotado con 30.000 euros, cuando iba camino de Plasencia, donde hoy recoge otro premio, pero por su novela Juan Griego. «Me siento muy agradecido, pero hay que seguir. Quiero estar activo. La jubilación es un concepto muy antiguo», dijo este gallego, gran defensor del medioambiente y diseñador pionero en la utilización de tejidos ecológicos.

El jurado eligió al diseñador orensano por «su significación en la historia contemporánea de la moda de España». Y recordaba el eslogan histórico de Adolfo Domínguez en los 80, «la arruga es bella», que habla «de su gusto por lo natural, destacando la sobriedad y libertad y su convencimiento de que la ropa es nuestra segunda piel». Las expansión internacional también ha pesado.

Domínguez estudió Filosofía y Letras en Santiago de Compostela y después se trasladó a París, donde estudió Estética y Cinematografía. Tras una larga estancia en Londres, regresó a Galicia para crear, a partir de la sastrería de su padre, montar una empresa pionera dentro del sector textil y que ha conocido difentes vaivenes. En los 90, Domínguez fue el primer diseñador en comercializar una gama de perfumes con su nombre y en la primera marca textil en salir a bolsa. Los vaivenes de la economía llevaron a la empresa a cerrar con números rojos el 2016, aunque en los últimos ejercicios ha ido consiguiéndo reducir sus pérdidas, tras cerrar puntos de venta. Actualmente son casi 400 en 23 países.