Los investigadores de la operación Relámpago, que rastrea en Mallorca una trama internacional de blanqueo de dinero, han localizado varias sociedades panameñas utilizadas por el actor Michael Douglas para gestionar sus bienes, así como varias cuentas empleadas para los gastos de mantenimiento de sus propiedades en la isla. El magistrado del juzgado de Instrucción número 7, Antoni García, ha decretado secreto sumarial. Las empresas de Douglas formarían parte de la supuesta red tejida desde despachos de notarios y abogados mallorquines con conexiones en paraísos fiscales, principalmente en Panamá.

El anclaje de Douglas con Mallorca data de su relación con su anterior esposa, Diandra, quien le convenció para comprar una casa y pasar temporadas en su isla natal. Hoy, tras su divorcio y la boda de Douglas con Catherine Zeta-Jones, disfrutan seis meses al año por separado de la finca de S´Estaca.

DESPACHO FELIU Para gestionar adecuadamente la inversión, el actor contrató al selecto despacho Feliu, investigado ahora por Anticorrupción. Tras la casa vino la inversión de Costa Nord, un complejo cultural de élite situado en el mismo municipio de Valldemossa, en el que también intervino el despacho Feliu.

Allí grabaron El Cigala y Bebo Valdés el disco Lágrimas Negras, cantó Noa y allí dejó Douglas enterrados muchos dólares. El actor endosó el deficitario negocio al presidente autonómico Jaume Matas, que lo compró para el Gobierno balear.

Hoy alberga otra ruina, la gestión de la tarjeta verde que sustituyó a la ecotasa, tras el desalojo del Pacto de Progreso. Douglas cobró 4,4 millones de euros, de los que 2,1 fueron honorarios por una película de 15 minutos en la que el actor alaba la singular belleza de la Sierra de Tramuntana.

El acuerdo incluía su presencia en ferias turísticas para promocionar las islas. El PSOE balear lo llevó en el 2005 a la Agencia Tributaria por apreciar posibles irregularidades con el fisco español por casi un millón de euros.