Los teléfonos de ayuda a las víctimas de abusos sexuales no paran de sonar en EEUU. El movimiento social Me Too ha espoleado aun más a las personas afectadas por este terremoto, cuyo epicentro lleva el nombre del productor de Hollywood Harvey Weinstein.

Las llamadas comenzaron a dispararse en octubre, y ahora hay personas que aguardan hasta tres horas para que alguien les escuche al otro del teléfono. La Línea Nacional de Asalto Sexual es la más grande de todo el país.

El número de llamadas a la línea directa operada por la Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto (RAINN) ha aumentado un 25% en noviembre respecto a las cifras del año pasado. El incremento fue del 30% en diciembre, según datos de la propia compañía. En total, el año pasado recibieron 209.480 llamadas, el dato más alto desde su fundación, en 1993.

El otoño pasado, la actriz Alyssa Milano, del programa de televisión Charmed, les pidió a las mujeres que habían sido atacadas o acosadas sexualmente que publicaran #MeToo en respuesta a las acusaciones hechas contra el magnate del cine Harvey Weinstein.

Weinstein, acusado de abuso sexual por docenas de mujeres, ha negado tener contacto sexual no consensuado con nadie. Reuters no ha podido confirmar las acusaciones de forma independiente.

Un ejército de voluntarios

Dado el alubión de llamadas, RAINN ha tenido que contratar a 40 trabajadores, que se suman a los 200 empleados que tiene. Además, cuentan con todo un ejército de voluntarios, explica su CEO, Scott Berkowitz. Eso ayudó a reducir los tiempos de espera, dijo.