No digas que fue un sueño es algo más que el título de la novela con la que Terenci Moix ganó el Premio Planeta en 1986 y que le dio el definitivo reconocimiento público. Es además la frase elegida para bautizar la exposición inaugurada ayer en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid, la "segunda ciudad" en la vida del escritor, que repasa su particular mundo de emociones, obsesiones, mitos, iconografías y deseos, pero que incita a "redescubrir" su obra, según el comisario de la muestra, Ignasi Riera.

Su ciudad, Barcelona, el tiempo que le tocó vivir, el cine y el antiguo Egipto son las imágenes sobre las que giró la vida de Terenci, seudónimo que adoptó por su admirado Terence Stamp y que hizo olvidar su verdadero nombre de Ramón.

Todos los iconos de su vida se verán en Blanquerna hasta el 5 de enero del 2010, día en que hubiera cumplido 68 años si un enfisema pulmonar no se lo hubiese llevado en el 2003. Un joven Terenci con el cigarrillo entre los labios ilustra el catálogo en el que amigos como Maruja Torres, Pere Gimferrer, Antonio Gala o Boris Izaguirre elogian su arrolladora personalidad.

"Los curas pretendieron enseñarme", escribió, "que Dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó. Desde niño supe que aprovechó el séptimo para inventar el cine y así descansar mejor". Ese mundo de sueños del que quedó colgado en su niñez --"yo soy Peter Pan", se definió--, viste las paredes de la exposición; son fotos de estrellas de Hollywood como Kirk Douglas, Lauren Bacall, Carole Lombard y Victor Mature. Se alternan con sus crónicas en Fotogramas .

Se exhibe además un vídeo en el que Terenci habla de lo divino y lo humano. "¿Qué es para usted la homosexualidad?", le pregunta Jesús Quintero. "Lo mismo que para ti la heterosexualidad", responde.

"Me gustaría que esta exposición estimulara la lectura de su obra porque siempre ha llamado más la atención como personaje", dijo Riera.